Directora del HNP: “Que estén ‘entretenidos’ para nosotros no es tan urgente”

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Conversamos con la directora y subdirector del Hospital Nacional Psiquiátrico, institución que abriga al Centro de Atención para Personas con Enfermedades Mentales en Conflictos con la Ley (Capemcol) sobre las dificultades y contradicciones que se viven el centro.

Este es un extracto de la conversación con Lilia Uribe (U) y Cristian Elizondo (E).

LEA: Capemcol: ¿rehabilitación psiquiátrica o encierro carcelario?

Sin contar custodios, Capemcol actualmente tiene contratados 63 funcionarios para una población de 114 pacientes internos. El Hospital Psiquiátrico tiene cerca de 1.300 funcionarios para una población interna de 331 personas. ¿Por qué es tan desproporcionada la repartición de personal?

U: –Porque el Capemcol es solo como un pabellón del Hospital, digamos. Por ejemplo, nutrición, le cocina aquí y le lleva la comida allá. Todo el personal de nutrición le da el servicio igual que al resto del hospital. Lo mismo el que maneja el presupuesto. Aquí hay un grupo que trabaja para manejar el presupuesto, para hacer las compras, los carteles, para cuidar los activos, para todo. Ellos (Capemcol) tienen todo el funcionamiento de apoyo tanto de jefaturas técnicas como administrativas desde aquí. Todo el personal de recursos humanos está aquí. Ese grupo de personas que trabajan allá es solo para dar la atención técnica pero tienen las jefaturas en el HNP.

En cuanto al área de rehabilitación, los mismos funcionarios aseguran que las manos no alcanzan y que la distribución no es proporcional. Para 104 pacientes hay dos psicólogos, dos trabajadoras sociales y tres psiquiatras. ¿Ustedes desde la administración consideran que sí es suficiente?

U : –Consideramos que es suficiente de acuerdo a las limitaciones que tiene el mismo hospital. Porque ellos, por ejemplo, no tienen dos psicólogos, tienen tres, porque hay un psicólogo que es de aquí pero hace las visitas con psiquiatría comunitaria con todos los pacientes que egresan de allá. O sea, trabaja en Capemcol pero desde aquí. Igual con trabajo social. Tienen dos allá y uno aquí. Las trabajadoras sociales de aquí (actualmente son 20 en la planilla del HNP) atienden cincuenta pacientes cada una. Allá tienen dos, más otra que está haciendo las visitas. Entonces es proporcional con lo que nosotros hemos identificado que es necesario para manejar esta población.

El Capemcol al no contar con presupuesto depende del financiamiento del Hospital. A pesar de tener el 25% de la población interna total de la institución, sus gastos desde que fue creado nunca han sido mayores al 10%. ¿A qué se debe ese desequilibrio?

U: –En esas cuentas que le dieron a usted no se ve reflejado este apoyo que se da desde aquí. Digamos, yo soy la directora de Capemcol. Hay un jefe de servicio que es el médico que está allá, pero yo soy la que atiendo Capemcol, el subdirector atiende Capemcol, el administrador de aquí cubre Capemcol. Recursos humanos, como le digo, atiende desde aquí. Nutrición les hace la comida. El laboratorio de acá es la que le hace los exámenes. Medicina interna de aquí es la que ve todas las patologías físicas. Odontología de aquí es la que revisa los pacientes de allá. Psiquiatría comunitaria es la que le da el seguimiento, entonces realmente todo este trabajo que se hace en conjunto no se ve visualizado en ese presupuesto.}

En programas, anteriormente se dio terapia con hidroponía, terapia con animales como perros y conejos. Todo eso se ha ido cayendo porque se mantenía con recursos propios de los funcionarios.

U: —Realmente nosotros sabemos que hay dificultades para implementar todos los programas de rehabilitación que deberían tener, por eso es que ese lugar no es el definitivo. Ese lugar se encontró porque fue una orden del juez de que nos pasáramos rápidamente a algún lugar, pero estamos rehabilitando tres pabellones del hospital. Sin embargo rehabilitación sí se hace, porque rehabilitación son muchísimas cosas. Terapia solo es un pedacito de lo que es rehabilitación. Parte de esto hemos encontrado un gran apoyo en el IAFA donde las personas que consumen también reciben rehabilitación en drogas. Hemos trabajado tan bien la rehabilitación que cada vez vamos disminuyendo más el período de días estancia de estos usuarios. Antes cuando estos pacientes vivían aquí el período de días estancia era de muchísimos años, en cambio ahora se va disminuyendo más acercándose al año. Eso quiere decir que los rehabilitamos porque los hacemos recuperar su salud para poder funcionar afuera. Eso es la rehabilitación, verdad.

Pero en la parte de reinserción y de terapia, ¿qué se les está asegurando a los pacientes? En nuestras visitas estuvieron dándole mantenimiento a uno de los jardines pero no hubo mucho más allá. Preocupa de que este sea más un centro de contención que de rehabilitación.

E: –Nosotros realmente estamos preocupados y estamos intentando hacer nuestro máximo esfuerzo para que ese no sea un centro de contención nada más, o un centro con un modelo puramente carcelario, sino que sea un centro rehabilitador y hospitalario que promueva a otras instituciones la necesidad de que brinden los recursos de acuerdo a cada competencia que requieren estas personas. Sobre todo las que tienen algún grado de deterioro para ajustar todos los requisitos a fin de poder incorporarse a un mercado, llámese de enseñanza, de adiestramiento o un poco más complejo como puede ser una educación más formal a ya aprender oficios, inclusive incorporándose a labores. Pero para eso, como le digo, tenemos que madurar muchísimo más el proceso que nosotros ya hemos iniciado, tratando de incorporar otras entidades estatales y ojalá no gubernamentales para que les den esas oportunidades.

Es decir, que no se está dando más allá de lo que yo le comento.

E: –No se está dando al 100%. Esa es una de las cosas que yo creo el país está en deuda con esa población. Se requieren hacer algunos ajustes, revisar cómo está la normativa, revisar cómo están las competencias dentro del marco y el concepto y de los derechos humanos y de las personas con discapacidad para ofrecerles alternativas de progreso y reinserción.

La parte externa me queda clara. Lo que no me queda claro es la intervención a lo interno. ¿Qué se está haciendo entonces más allá de la parte médica básica para que este no sea solo un centro de contención de pacientes con enfermedades mentales?

E: –La doctora le va a ampliar en ese tema.

U: –En realidad, el lograr el voto de separar a estas personas nos ha ayudado muchísimo a ayudar a estas personas. Antes ellos eran recluidos y pasaban prácticamente encerrados muchísimos años. Se tenía que revisar su situación cada dos años, ahora se revisa cada seis meses. Una medida de seguridad era indefinida antes, sigue siendo indefinido, pero se revisa cada seis meses. La rehabilitación son muchas áreas y yo creo que usted me está hablando de la rehabilitación por terapia ocupacional para rehabilitar un área… de que la persona esté ‘entretenida’. Realmente para nosotros eso no es tan urgente, sí es importante pero no es tan urgente. Sí es importante pero no es tan importante como las otras áreas de la rehabilitación que son las que hemos priorizado.

En las otras que hemos priorizado son en un buen diagnóstico, un adecuado tratamiento medicamentoso, psicoterapéutico y que la persona llegue a comprender que su enfermedad mental puede ser mejorada o anulada si toma un medicamento. Trabajamos muchísimo la conciencia de enfermedad y que la persona reconozca sus síntomas y eso sí lo estamos haciendo muy bien. Trabajamos con su familia para que las personas puedan identificar este gran cambio que ocurre en el usuario para que lo vuelvan a aceptar a pesar de que antes hubiera causado mucha problemática en su casa. Ese trabajo también lo estamos haciendo. Si la persona no tiene familia se trabaja con el Conapdis para buscar un lugar dónde él pueda egresar y trabajamos con el Ministerio de Educación Pública para que esa persona pueda volver a estudiar. Trabajamos un poquito la terapia para que la persona aprenda un oficio. Ahí es donde nos falta porque no tenemos los espacios suficientes para que lo aprendan. Sin embargo, el que aprenda un oficio van a durar años y nosotros no queremos que duren años internados.

Ellos ahorita están en un lugar controlado con enfermeros que les dan su medicinas a tiempo, que los ayudan a bañarse, etcétera. Más que “mantenerlos entretenidos” me refiero asegurarles herramientas para que cuando salgan de ahí, muchos sin redes de apoyo, no salgan con las mismas habilidades que tenían antes y que se anule el proceso que hayan llevado.

U: –No, a eso me refiero. Lo más importante que nosotros hacemos en rehabilitación es enseñarles a que ellos reconozcan sus síntomas y su manera de curarse, porque la enfermedad es fácilmente manejable con medicamentos. Tenemos que ayudarles a que ellos puedan autocontrolar su enfermedad tomando el medicamento. También se prepara toda la red de salud para que le atiendan en cuanto llegue y se capacita a la familia para que les den el apoyo. Eso rehabilitación precisamente, es donde más estamos trabajando.

De agosto a octubre del año pasado un joven de apellidos Carvajal Solís, de 20 años, estuvo internado en Capemcol. Estuvo únicamente dos meses y salió en libertad. Seis meses después asesinó a su papá y a su sobrino. ¿Es este el tipo de rehabilitación que se está ofreciendo con los recursos que se tienen? ¿Cómo se puede asegurar que casos como este no se repitan?

U: – Vea, yo no conozco el detalle del caso. Yo podría conseguir el detalle de la información y tal vez hablar mañana de ese caso. Porque, como le digo, es difícil que un usuario al que le diagnostiquen una enfermedad mental nos lo dejen solo dos meses. Posiblemente fue que no le diagnosticaron una enfermedad mental o no sé, para que lo sacara el juez tan rápido. Pero se supone que no, que no es eso lo que estamos dando.