CCSS ahorra $1.600 por cada terapia en acelerador

Intervenciones a centros de salud bajan tiempos de espera de pacientes

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La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ahorra $1.600 por cada enfermo de cáncer que recibe radioterapia en uno de sus cuatro aceleradores, tras dejar de pagar estos servicios a una empresa privada.

La adquisición de estos aparatos y la construcción de un nuevo centro de tratamientos anticáncer, son parte de las resultados tras la intervención del servicio de radioterapia del Hospital México, que se inició en el 2011.

Por año, unos 10.000 ticos son diagnosticados con algún tipo de cáncer, y más de la mitad de ellos debe recibir radioterapia en un acelerador lineal: 3.000 ahora lo hacen en el Hospital México.

Hasta hace poco, la CCSS pagaba $3.200 (más de ¢1,6 millones) por paciente a la empresa Radioterapia Irazú.

Ese ahorro no es el único beneficio tras la intervención de radioterapia. Además de la construcción del centro en el Hospital México, se aumentó la cantidad de aceleradores de dos a cuatro y se compró un tomógrafo digital.

Lo anterior, redujo el tiempo de espera de 24 a cuatro semanas, y la consulta externa subió 48%, con más de 1.800 cupos nuevos por semana. “Con el nuevo centro en el Hospital México, pudimos asumir todos los pacientes de radioterapia”, comentó María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS.

Otros resultados. Radioterapia es tan solo uno de los siete servicios hospitalarios que las actuales autoridades de la CCSS decidieron intervenir tras comprobar problemas de gestión.

Los otros centros intervenidos son los hospitales Max Peralta, en Cartago; San Francisco de Asís, en Grecia; La Anexión, en Nicoya, y el Tony Facio, en Limón.

También están el laboratorio de citologías y el servicio de odontología del Hospital Calderón Guardia, ambos en San José.

Nunca antes en la historia de la institución hubo tantos hospitales y servicios bajo la lupa.

Sin embargo, ni radioterapia ni ningún otro de los seis centros de salud están aún en condiciones óptimas para dar por finalizado este proceso.

“Los cambios aún no pueden verse de la misma forma en todos los centros médicos, pues son cosas que toman su tiempo, pero estamos muy satisfechos con los resultados”, manifestó Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la CCSS.

Por ejemplo, en el Hospital Max Peralta , todavía falta comprar más equipos y construir consultorios. Krisia Díaz, directora interventora de ese hospital, dice que el mayor reto es mantener los logros obtenidos en los últimos 15 meses.

En el caso del Hospital San Francisco de Asís , lo más difícil de todo fue lograr acuerdos con la comunidad.

Ahora, su director interventor, Roberto Cervantes, asegura que hace falta más tiempo, porque un año no es suficiente para corregir todas las anomalías halladas.

“Faltan especialistas y equipos para ayudar a descongestionar al Hospital de Alajuela”, dijo.

En el laboratorio de citologías, su directora, Lidieth Carballo, comentó que aún falta mejorar las condiciones laborales, comprar equipos para digitalizar los procesos y crear un comedor adecuado para los funcionarios.

Mientras tanto, un equipo de la CCSS estudia si es necesario intervenir en el Hospital Escalante Pradilla, en Pérez Zeledón. Aclararon que todavía hace falta investigar más antes de tomar la decisión.