A falta de algunos, otros resultan beneficiados

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Emilia López llegó el pasado lunes, poco después de las 8 a. m., a la Clínica de Coronado.

“Me levanté sintiéndome bien, pero ahora no tanto. Creo que tengo calentura y mejor vine a que me viera un doctor”, comentó esta vecina de San Isidro de Coronado.

Según reconoció, la cita que le asignarían por el “método normal” estaba para las 2 p. m., pero ella se quedó voluntariamente “haciendo fila” por si alguien faltaba a la consulta. Minutos antes de las 10 a. m., la llamaron y fue atendida.

“Me dijo la joven de la ventanilla que nada más me sentara y que ahí nos iban llamando. Viera que me atendieron muy bien y rápido”, agradeció la mujer.

Ella no es la única asegurada que elige beneficiarse de los cupos que se liberan cuando alguien no acude a su cita.

“Hay gente que conoce bien el sistema y sabe que es muy posible que falten pacientes. Así que nada más llega directamente y pide estar en sustitución”, explicó Zeirith Rojas, director de la Clínica de Coronado.

Para el personal, lo anterior representa un trabajo adicional porque se deben buscar los expedientes de las personas que están en lista de espera.

“Hay pacientes que avisan que van a cancelar y llaman a alguien más para que ocupe su lugar. Esos casos son los menos, pero ayudan mucho a agilizar el trabajo en la clínica”, explicó Sonia Jiménez, jefa de Registros Médicos del centro de salud.