La pandemia trajo muchos cambios en la vida de todos, pero una de las más significativas fue nuestra relación con el tiempo: la forma cómo lo medimos, lo valoramos, lo priorizamos y el balance que hacemos entre nuestra vida laboral y la personal.
Pasados dos años de emergencia sanitaria, hay quienes retornan a la presencialidad laboral, con todo lo que esto implica, como desplazamientos y presas en las calles, pero muchos otros continúan en teletrabajo sin aprender aún a diferenciar sus espacios laborales, personales, sociales y de descanso.