Las tiendas de juguetes sexuales o sex shops las vendían como suplementos alimentarios, multivitamínicos o productos naturales para combatir la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y aumentar la libido en la mujer.
En realidad, eran pastillas y cápsulas sin registro sanitario y con ingredientes químicos, por lo que se deben vender con receta médica.
Estas son las conclusiones de una inspección realizada por el Ministerio de Salud en 10 sex shops de la Gran Área Metropolitana.
Esteban Cerdas, médico que lideró la investigación, dijo que el uso produciría problemas gástricos, males del corazón, derrames cerebrales y erecciones sostenidas, que deben tratarse médicamente.
En los negocios se encontraron 17 productos. Los comerciantes pedían entre ¢5.000 y ¢20.000; sin embargo, no contaban con registro sanitario y tampoco declaraban en sus etiquetas las sustancias potencialmente dañinas.
“El problema es que estos productos se vendían sin ningún tipo de restricción a personas de ambos sexos, sin importar la edad y si tenían una condición médica. Esto es muy peligroso, sobre todo en personas que tienen problemas de hipertensión o diabetes
”Al no tener registro, se venden como contrabando y esto hace que no haya controles para conservarlos. Hasta productos vencidos nos encontramos”, explicó Cerdas.
El Ministerio de Salud emitió una alerta sanitaria esta semana.
Lo que se encontró. De los productos decomisados, siete ya habían sido retirados del mercado estadounidense tras una advertencia hecha por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA). Los otros diez fueron enviados a laboratorios del Ministerio de Salud para ser analizados.
Los inspectores hallaron píldoras llamadas Black Ant (hormiga negra) que contenían tres veces la dosis indicada de sildenafil –principio activo de la Viagra–. En otras palabras, ingerir una de estas pastillas es equivalente a tomarse tres píldoras de Viagra.
También encontraron el químico sulfoaildenafil en un producto llamado Libigrow. Esa sustancia puede provocar visión borrosa, presión baja y daños al corazón.
Incluso, personas que trabajan en los negocios califican los productos como peligrosos.
“Nosotros no vendemos ni pastillas ni jarabes; eso puede dañar la salud. Todo lo que vendemos es de marca reconocida. Nos han llegado a ofrecer muchas cosas, pero no podemos exponer la salud de la gente”, comentó Ana Lorena Muñoz, gerente de Hot Toys.
Esteban Cerdas expresó que giraron órdenes sanitarias para el retiro de los productos. Si incumplen, se procede a cerrar el local.
“Si llegamos a comprobar que alguien tuvo problemas de salud, lo elevaríamos al Ministerio Público, porque eso ya sería un delito mayor”, confirmó el especialista.
Salud continuará las inspecciones en negocios del resto del país para asegurarse de que estos productos no se comercialicen.