Cartago. El hecho de que en el continente americano solo en Costa Rica exista una reliquia del próximo santo católico, Juan Pablo II, podría convertir al templo de la Virgen de Ujarrás, en Paraíso, en un sitio de peregrinación nacional e internacional.
Así lo piensa el obispo de la diócesis de Cartago, Francisco Ulloa, y sus palabras ya tienen eco.
Ayer se podían observar microbuses frente a la iglesia paraiseña donde se encuentra una gota de sangre de Karol Wojtyla, el llamado Papa viajero.
La reliquia tiene otro atractivo. El Vaticano dio por un hecho que Juan Pablo II intercedió en el milagro que recibió la tica Floribeth Mora Díaz, curación por la que el papa Francisco lo elevará a la santidad.
Desde todas partes del país, ahora es más frecuente la presencia de feligreses como el agricultor Elí Araya, vecino de Corralillo, Cartago. “Desde que supe que iba a ser santo, me hice el propósito de venir a hacerle una oración, aunque me queda largo”, explicó.
Floribeth Mora asistió el pasado sábado a la misa de Acción de Gracias y oró ante un cuadro del beato Wojtyla, quien en marzo de 1983 estuvo en Costa Rica.
Ayer también la tienda de objetos religiosos estaba llena de creyentes, quienes llegan a preguntar por relicarios, fotos y libros que rememoran al papa polaco.
Ulloa recordó que este templo ya es santuario, pues es sede de la primera Patrona de Costa Rica, la Virgen de Ujarrás.
“Con ella empezó la devoción mariana en nuestro país, en tiempos de la colonia. Además, ella es capitana de las fuerzas de seguridad de nuestro país”, acotó.
Ulloa es de la idea de pedirle a la Santa Sede que conceda el rango de basílica a este templo después de que termine su reconstrucción, el próximo año.
Turismo y religión. Por otra parte, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), en sus promociones de la provincia de Cartago, ya ha agregado la visita a esta iglesia para observar la reliquia.
El relicario llegó a suelo costarricense el 26 de junio del 2011, traída por el sacerdote y periodista Derek Ras, del obispado de Cracovia, Polonia.
Él entregó la gota de sangre al párroco de Paraíso, Donald Solano, quien fuera su compañero de estudios en Roma, Italia.
Ras la recibió, a su vez, de su superior, el cardenal Stanislao, quien fuera el secretario de Juan Pablo II desde el principio y hasta el final de su papado. La Santa Sede todavía no ha definido la fecha en que será declarado santo.