Red de Cuido recibe a miles de niños cuyas madres están en la casa y no estudian ni trabajan

En el IMAS, el 23,6% de las madres beneficiarias están en el hogar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

Ofrecer a las mujeres pobres una opción de cuido para los niños mientras ellas salen a trabajar o estudiar.

Ese es el espíritu de la Red de Cuido, programa creado en la administración de Laura Chinchilla (2010-2014), que pareciera no cumplirse a cabalidad pues miles de las mujeres que envían a sus hijos a los centros de resguardo no estudian ni trabajan, sino que están en sus casas.

Así se desprende de datos suministrados por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), entidad rectora del programa, así como de los Centros de Educación y Nutrición y de Centros Infantiles de Atención Integral (CEN-Cinái).

Según el IMAS, de las 17.572 familias que reciben subsidio para la Red de Cuido, en 4.156 (23,6%) de estas, las madres no estudian ni trabajan. Esto ocurre a pesar de que 1.893 familias están en la lista de espera de un cupo para obtener el beneficio de cuido en el IMAS.

En el caso de 11.764 niños beneficiarios de Red de Cuido en los CEN-Cinai, cuyas madres son jefas de hogar, el 18,6% de ellas (2.188) tampoco tienen trabajo ni estudian, sino que se dedican a labores del hogar.

De otros 10.977 menores que son beneficiarios de la Red en los CEN-Cinái no se tiene reporte de a qué se dedica la mamá porque solo se registra la ocupación del jefe de hogar y en estos casos no era la mamá.

Tampoco se tiene la información centralizada de a qué se dedican las progenitoras de los 4.216 niños, cuyo cuido financia el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).

En el último informe de Estado de la Nación, dado a conocer en noviembre del año pasado, se presentó un capítulo llamado “Características y desafíos de la Redcudi desde la perspectiva de los proveedores del servicio".

Los prestatarios cuestionan los criterios con los que se decide quiénes son beneficiarios del programa. Explicaron que al tener como único criterio la línea de pobreza, se excluye a muchas mamás trabajadoras que realmente necesitan el cuido de sus hijos.

"En todos los talleres coincidieron en que el objetivo de fomentar la incursión de las mujeres al mercado laboral se está desvirtuando, pues en el momento en que las mujeres estudian y encuentran un trabajo que les permite ganar mejor, caen fuera del rango de asistencia, pierden el subsidio y les va peor, porque tienen que afrontar costos adicionales como el cuido privado de sus hijos, lo que pone a estos en situación de riesgo", explica el Estado de la Nación.

La población meta de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil (Redcudi) son niños de 0 a 6 años (aunque se excepcionalmente se extiende a 12 años), de familias en pobreza y pobreza extrema (niveles 1 y 2). A octubre del 2017 había 1.127 alternativas de cuido.

El IMAS invirtió en 2017 un promedio de ¢29.230 millones en el programa. La institución, como ente rectora de la Red de Cuido, desconoce cuánto se invirtió en los CEN-Cinái y el PANI.

¿Por qué cuidan a niños cuyas madres están en la casa?

Emilio Arias, presidente ejecutivo del IMAS, aseguró que las mujeres que no trabajan ni estudian representan un "porcentaje mínimo" de las beneficiarias de la Red de Cuido, aunque solo se basó en datos de Instituto.

Explicó que el objetivo inicial de la Red se está cumpliendo y que los niños, cuyas madres no trabajan, se están atendiendo para garantizarles el derecho a los menores a su desarrollo integral.

"Son tres objetivos de la red de cuido: el derecho de los niños de tener un espacio de cuido y alimentación; que los padres y madres puedan estudiar y trabajar y la apuesta por el desarrollo integral del menor. Esos objetivos se mantienen desde que se construyó la Red hasta el día de hoy, son la menor cantidad y esos (los niños cuyas madres no trabajan) se están atendiendo por el objetivo del derecho del menor al desarrollo integral", dijo el funcionario.

Si llega una mamá que trabaja o estudia a solicitar el beneficio y otra la cual no estudia ni trabaja y está en su casa. ¿A cuál de las dos se privilegia?

Según Arias, no se privilegia ni a una ni a otra.

"Recordemos que el Red de Cuido está hecha para proteger los derechos de los niños y las niñas, lo más importante es del desarrollo integral del menor. Pueda ser que ese niño (cuya madre no trabaja) no tenga la alimentación adecuada en el hogar, para eso está la Red de Cuido con el PANI, CEN-Cinái y nosotros con el IMAS. Uno de los objetivos, el más importante, de la Red es el desarrollo integral del menor", indicó Arias.

Pobreza

El informe de Estado de la Nación ahondó en el conocimiento de los proveedores de la Red de Cuido (Cecudi, prestatarios privados, CEN-Cinái). Se realizaron tres talleres con representantes de diversos tipos de proveedores de esta red, provenientes de distintas zonas de la Gran Área Metropolitana urbana y rural

En muy pocos casos, los prestatarios reportaron una mayoría de madres trabajadoras o estudiando. Indicaron que, actualmente, todos manejan listas de espera del beneficio de cuido.

Según el Estado de la Nación, los tres grupos de panelistas coincidieron en que de la forma en que está operando la Red en la actualidad, está generando señales "perversas" a los beneficiarios ya que "más que apoyarles a superar la pobreza, el programa está perpetuándola, incentivando la mentira, el clientelismo, la informalidad y el retiro de las mujeres del mercado laboral.".

“A como está diseñado el programa no ayuda a la gente para salir de la pobreza, porque si alguien sacó un cursillo técnico y gana ¢15.000 más por eso, con esa plata sale del programa, pero no sale de la pobreza. Entonces retrocede y lo que están haciendo es mantener el círculo de la pobreza. A mí me gustaría saber cómo va a quedar ese niño que antes venía a clase, que tenía todos los beneficios y ahora no tiene nada, solo porque su mamá ahora gana ¢20.000 ”, prestataria privada al Estado de la Nación.

De acuerdo con un representante de un Centro de Cuido y Desarrollo Infantil (Cecudi) cuando empezó el programa las mujeres tenían tres meses para traer el comprobante de que estaban trabajando, pero eso cambió, ya no se pide.

Una funcionaria de un CEN-Cinái coincide, pues, en su criterio, el subsidio del IMAS pareciera premiar solo a la madre que está en casa.

“Nosotros hicimos un trabajo de campo y fuimos a los lugares que son de pobreza y pobreza extrema ahí en Alajuela. Y vimos que a las mujeres que viven en casas humildes, con piso de tierra, no les interesa trabajar porque están completamente asistidas”, añadió otra representante Cecudi.

Para los proveedores del servicio de la Red de Cuido, se debe incrementar el seguimiento a los beneficiarios para velar que los subsidios que se otorgan se orienten a la superación de la pobreza, la inserción laboral de las mujeres y la ampliación de capacidades y habilidades de los niños para desarrollar su potencial en el futuro.

Según Emilio Arias, por ley, el IMAS tiene una "limitante" de que las personas que atiende en la Red de Cuido deben estar en la línea de pobreza y pobreza extrema, pero que muchas familias, cuando se encuentran trabajando, no se ubican en el rango de pobreza y pierden el beneficio.

"Coincido en que debemos de hacer reformas de ley para garantizar que la Red de Cuido no solo satisfaga las necesidades de los niños en condición de pobreza si no que las mamás que no están en condición de pobreza extrema, tengan un espacio donde dejar a los chiquitos", indicó Arias.

InstituciónNiños beneficiados
IMAS22.765
CEN-Cinái22.741
PANI4.216
FuenteDatos del IMAS, Cen-Cinái y PANI