Recorte sin contemplaciones

De los 17 cesados, al menos a nueve los nombró la administración Calderón

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No importaron recomendaciones, ni nexos políticos. Es más, la decisión de la Cancillería de cesar a 17 diplomáticos honorarios ni siquiera hizo diferencias entre personas con trayectorias que van desde los dos hasta los 38 años en el Servicio Exterior.

La separación se acordó mediante decreto ejecutivo dado a conocer el 17 de noviembre y rubricado por el presidente, José María Figueres, y por Fernando Naranjo, ministro de Relaciones Exteriores.

Este reiteró que no se trata de personas cuestionadas o que se les haya involucrado en asuntos ilícitos. Según dijo, se les retiró de sus puestos porque de muchos de ellos nunca tuvieron informes, ni mantenían contacto con la Cancillería.

Pero, para llegar a obtener los cargos, en varios de los casos existió la mediación de connotadas figuras de la vida política nacional. Dentro de las recomendanciones figuran nombres como los de Miguel Angel Rodríguez, excandidato presidencial; Arnoldo López Echandi, exvicepresidente de la República; Gonzalo Fajardo, actual diputado; Roberto Rojas, exministro de Economía, y Antonio López Escarré, exembajador en España. Todos ellos apadrinaron, en su momento, la postulación de varios de los funcionarios despedidos, y todos están ligados al Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

La Nación tuvo acceso a los expedientes de 14 de los cesados. Luego de un intenso recuento de cada caso, se comprobó que en ninguno consta cuestionamientos graves a sus labores.

Mediante el estudio de los documentos también se determinaron detalles curiosos, como designaciones con fechas idénticas a las de las recomendaciones, autorrecomendaciones y recomendaciones masivas.

El acuerdo emitido por Naranjo también encontró eco negativo en varios sectores e incluso algunos de los diplomáticos afectados o sus allegados clamaron porque se aclararan los verdaderos motivos del intempestivo recorte.

De todo un poco

El caso más antiguo lo representa quien se desempañaba como cónsul en la ciudad gallega de La Coruña, España, Manuel Sanz Alfeiran, cuyo nombramiento data del 22 de octubre de 1957, durante la primera administración constitucional de José Figueres Ferrer.

Inclusive, a Sanz se le nombró el 30 de noviembre de 1987 como "cónsul general retirado", durante el gobierno de Oscar Arias. Ahora, el hijo de quien lo designó por primera vez decidió cesarlo.

Al menos nueve de los diplomáticos separados registran nombramientos entre el 5 de julio de 1990 y el 12 de noviembre de 1993, durante la administración de Rafael Angel Calderón Fournier.

Uno de ellos, Ricardo Campbell, un tico que reside en Canadá desde hace tres decenios y que obtuvo su cargo luego de que se le nombrara en aquella nación como héroe nacional, se mostró extrañado por su separación pues dijo haber demostrado que, con su trabajo voluntario, ha logrado estrechar los lazos comerciales entre nuestro país y esa nación norteamericana.

Sobre este caso, el canciller Naranjo señaló que la falta de informes acerca de la labor del consulado en la ciudad de Saskatchewan los condujo a tomar la decisión.

Otro caso que despertó polémica fue el de Paul Just de la Paisieres, cónsul en Holanda desde el 1º de setiembre de 1973, quien tenía programada una entrega de donativos para el jueves 30 de noviembre a la primera dama, Josette Altmann y al Patronato Nacional de la Infancia.

Según carta enviada a este diario por el abogado Levie Kanes Nathan, representante legal del diplomático holandés en Costa Rica, este solicitó una audiencia al canciller Naranjo para esta semana pues ni siquiera se le notificó oficialmente la decisión. Además, atribuyó la separación a supuestos roces que el funcionario ha tenido con el embajador en Holanda, José Francisco Oreamuno.

La Nación trató de obtener su versión, pero el viernes no respondieron las llamadas telefónicas en la sede diplomática tica en La Haya.

También surgió el caso de Ranjit Jayanti, agregada comercial ante la Organización Europea de las Naciones Unidas (OENU). Ella, nombrada el 6 de agosto de 1992, es la viuda de Jayanti Dharma Teja, un empresario indio, que vino a Costa Rica en 1967 cuando se le perseguía en su país por haber estafado a una compañía naviera por $14 millones. Luego, en 1970, se le detuvo en Inglaterra con un pasaporte diplomático costarricense y fue condenado en India a 19 años de trabajos forzados, en 1972.

El ministro Fernando Naranjo adujo que Ranjit Jayanti nunca asumió su cargo y ni siquiera vivía en Suiza, sitio donde estaba acreditada como diplomática; por ese motivo se le cesó.