Productores reclaman indemnización

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El Gobierno los indujo a dejar de producir granos básicos para sembrar chamol, pero luego de recoger con éxito la cosecha, en 1993, no había mercado para comercializar el tubérculo y perdieron ¢56 millones.

Ese es el reclamo que hacían ayer en Casa Presidencial unos 200 agricultores de Guácimo, quienes exigen al Gobierno concretar una indemnización contemplada en el presupuesto ordinario de 1996, pero que no se hizo realidad.

Los campesinos y el Ministerio de Agricultura llegaron ayer en la tarde a un acuerdo, mediante el cual el Gobierno les cancelará la mitad de la deuda en mayo y el resto en junio.

El ministro de Agricultura, Roberto Solórzano, admitió la validez de los reclamos de los 360 campesinos afectados y lo excepcional del caso. Según Solórzano, los agricultores fueron lanzados a producir el tubérculo, similar al tiquisque, sin que hubiese un plan de comercialización.

Según Ezequiel Barrantes, representante de la Unión de Pequeños Agricultores de la Región Atlántica (UPAGRA), ya en 1994 la administración Calderón Fournier también había aceptado pagarles las pérdidas en el plan de gastos de ese año, pero tampoco cumplió.

De acuerdo con Solórzano, el pago prometido por este gobierno no se había concretado debido a que el ministerio de Hacienda no había girado la correspondiente orden de pago.

El secretario adjunto de la Unión Nacional de Pequeños Agricultores (UPANACIONAL), Rogelio Fernández, declaró que el fracaso de los productores de Chamol se originó en la improvisación de las políticas de agricultura de cambio.

Una situación similar la han vivido los agricultores que sembraron flores ornamentales, cacao, maracuyá y macadamia.