Préstamo para vías se ha usado en mover tierra de una obra

Carretera entre Cañas y Liberia es el único proyecto que está en construcción

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Listas de proyectos y prioridades en infraestructura vial iban y venían en el MOPT luego de que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó, en el 2008, un crédito por $850 millones para varias carreteras.

Cinco años después, solo una obra de esa gran lista está en construcción.

La ampliación a cuatro carriles de la vía entre Cañas y Liberia, que incluye la reconstrucción del puente sobre el río Cañas, es el único proyecto que tiene hombres trabajando... por lo menos con una pala en la mano o subidos en una vagoneta.

En el resto de proyectos, el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) se dedica a llevar y traer papeles, diseños y planos.

Los dos años transcurridos para que la Asamblea Legislativa ratificara el primer desembolso del crédito por $300 millones, así como el tiempo requerido para diseños y expropiaciones, atrasaron la ejecución de las obras.

La ampliación de 18 puentes en la vía guanacasteca, así como el paso a desnivel en la rotonda de Paso Ancho, en San José, son las dos obras más cercanas para ser edificadas.

Esta última, la semana recién pasada, fue adjudicada a la empresa MECO por ¢4.721 millones.

Kenneth Solano, director de la Unidad Ejecutora del Programa de Infraestructura Vial del Conavi, explicó que aunque solo el proyecto Cañas-Liberia está en construcción, los demás tienen avances significativos.

“Además de Cañas-Liberia, ya se inició con el puente sobre río Cañas. Pero debemos recordar que en otros proyectos se están trabajando en los diseños.

”Eso quiere decir que ya se trabaja, aunque no sea en el sitio”, aseguró Solano.

El funcionario del Conavi aceptó que los pasos a desnivel en Bagaces, Cañas y Liberia, la punta norte para la vía Chilamate-Vuelta Kooper (San Carlos), las obras para la radial Pozuelo-Jardines del Recuerdo (Heredia), el paso a desnivel en la rotonda de Paso Ancho, así como la construcción de 10 puentes entre Barranca y Cañas, están pendientes de que salgan los carteles de la licitación.

“Todos los proyectos son diseño y construcción. Por eso, aunque no vea palas trabajando, ya se iniciaron”, sostuvo Solano.

Atrasos salen caros. Mientras, el país paga desde hace cinco años intereses por el desembolso de la primera partida de $300 millones.

Fernando Quevedo, representante del BID en Costa Rica, confirmó que, por año, el Estado costarricense desembolsa dos tipos de intereses por el dinero prestado.

El primer rubro es de 0,25% sobre los $300 millones, monto que se debe pagar para que el Banco retenga esos dineros mientras el país los usa. Se llama “interés por fondo de compromiso”. Al tipo de cambio actual, ronda los $750.000 por año.

El segundo rubro es de los intereses corrientes del préstamo. Solano no precisó a cuánto corresponden, pero igual corren desde el año 2008.

Cabe destacar que para que el BID apruebe el segundo desembolso –en el que se incluye otra gran lista de proyectos viales–, debe estar contratado el 75% de las obras del primero.

Quevedo aceptó que, a diferencia de otros países de Latinoamérica, en Costa Rica los procesos de aprobación de un proyecto de infraestructura tardan demasiado.

“Hubiéramos querido tenerlo en cinco años ejecutado, pero solo la aprobación en la Asamblea Legislativa tardó dos años. Todos los procesos en Costa Rica son más lentos que en otros países”, manifestó.

“Estamos aprendiendo a trabajar el uno con el otro después de tantos años de estar tan alejados; aprendiendo a ver carteles llenos y llenos de apelaciones”, dijo.

La última gran obra que financió el BID a Costa Rica fue la carretera San José-Caldera, en los años 80. Sin embargo, como no se avanzó en las expropiaciones, la entidad bancaria desistió del ofrecimiento de los fondos.