Víctima de tico condenado a muerte en Estados Unidos: ‘no busco venganza’

Tica no ha podido divorciarse de él, quien ‘está pagando lo que hizo en 1988’

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Libia Romero Gutiérrez no se ha podido divorciar de Terence Valentine, el costarricense condenado a muerte en Estados Unidos .

En el papel son esposos. En la realidad, son expareja. Ella es víctima y testigo; él, culpable encarcelado por homicidio.

Ella vive en Costa Rica con sus hijas y él está preso desde hace 23 años en Florida, responsable de secuestrarla a ella y de matar a su novio, Ferdinand Porche, el 21 de setiembre de 1988, en el condado de Hillsborough.

Intenta no recordar el día en que Valentine, según la sentencia, mató con arma de fuego a Porche, la mantuvo retenida a ella y también la hirió de bala.

Prefiere no hablar de eso ni del culpable, pero ahora, después de la publicación del domingo en este diario, quiere dejar clara su postura: él está pagando las consecuencias de sus actos, aunque reconoce que la pena de muerte “es un castigo duro”.

“¿Qué gano yo con que ejecuten la pena de muerte? No me interesa. No busco venganza. A él lo que le pasa es la consecuencia de algo que él hizo y yo sufro las consecuencias de algo que él me hizo en 1988”, comentó este lunes.

Romero está instalada en Costa Rica y es mamá de la hija que procreó con Porche. Tenía la bebé y estaba embarazada de un niño que murió semanas después del crimen, como una consecuencia, según ella.

“Ferdinand murió por lo que él hizo. Mi hijo murió después por lo que él hizo. Mi hija creció sin un padre por lo que él hizo. Él está enfrentando las consecuencias de sus acciones propias. Yo estoy enfrentando las consecuencias de las acciones de él.

”Él dice que es inocente, pero eso ya se juzgó. Hubo tres juicios y por eso la condena. Él violó muchas leyes con ese crimen y si uno hay algo contra la ley, la ley castiga. No sé si es justo, es legal; es un asunto que para mí está superado”, agregó.

Romero, sin embargo, no puede olvidarse del todo de Valentine. Aún está intentando divorciarse del hombre al que conoció en épocas de colegio y con quien se casó amenazada, expresó este lunes.

De un país a otro. “Nos fuimos a Estados Unidos y él después estuvo en Costa Rica encarcelado. Yo allá conocí a Ferdinand. Pudo más el amor por él que el miedo que yo le tenía a esta persona. Empecé mi vida con quien fue papá de mi hija.

”Él, en setiembre del 88, salió de la cárcel y volvió a Estados Unidos; nos buscó y nos atacó”.

Ella también cuidaba entonces a Giovanna, la niña que había adoptado cuando aún era pareja de Terence y que el día del crimen tenía 11 años.

Ahora ella tiene 36 años y también vive en Costa Rica. Es mamá de cuatro hijos y se mantiene distanciada de su madre y de su papá, a quien solo se escribe ocasionalmente a la cárcel en Florida.

“Yo no quiero ser pesimista, pero allá (en Estados Unidos) eso no lo perdonan. Yo trato de no pensar en eso, de bloquearlo. Se me hace muy duro”, comentó Giovanna, quien expresó el deseo de que su papá sea trasladado a Costa Rica, para poder visitarlo.

Esta posibilidad, sin embargo, es prácticamente nula.

Tampoco es lo que quiere Libia Romero, quien dijo sentir temor de que Valentine vuelva a Costa Rica.

“Su pena es muy dura, es cierto. Y es duro que un costarricense esté ahí. No debería ser, pero él debe enfrentarlo”, dijo Libia.