Es un prófugo confeso. Alberto Dahik Garzozi, exvicepresidente de Ecuador, se considera como tal, pero en vez de huir de la justicia, sostiene que escapó de la injusticia que caracteriza el sistema judicial de su país.
Asilado oficialmente en Costa Rica desde hace una semana, pero refugiado aquí desde el 12 de cotubre del año pasado, Dahik habló con La Nación --el miércoles 3 de abril--, durante dos horas, y expuso públicamente su descargo ante la situación legal y política que afronta en su país y que, según su criterio, lo obligó a dejar intempestivamente su cargo y su tierra.
El economista, de 42 años, oriundo de la ciudad de Guayaquil, asegura que diversos sectores de su país le están pasando la factura por llevar la voz cantante de fuertes denuncias contra los esquemas corruptos que caracterizan el funcionamiento de los tres poderes en Ecuador.
Desde su trinchera, se presenta a sí mismo como víctima de una telaraña de intrigas políticas, resquemores electorales y extraños manejos judiciales. Tras una explicación de los hechos que precedieron su llegada a Costa Rica, Dahik contestó los cuestionamientos. Este es un extracto de la conversación:
Cuentas en vilo
--A usted se le acusa de mal uso de los fondos reservados asignados a la Vicepresidencia de la República. Incluso se habló de la suma de $77 millones. ¿Qué pasó con ese dinero?
--Mire, los fondos para gastos reservados llegaron en tres años si acaso a $7 millones y todos los gastos fueron revisados y aprobados por el Contralor de la República. Además, en Ecuador ya se publicaron las listas de los cheques que se giraron; ya se sabe en qué se usaron y no hay siquiera uno para mí.
--Pero las cuentas a que llegó ese dinero en un banco privado estaban a nombre de sus secretarios Gladys Merchán y Juan Mario Crespo. ¿Por qué?
--Por instrucciones mías. Porque alguien tiene que tenerlas. Pero en la Vicepresidencia estaba registrado que esos fondos eran de la Vicepresidencia y tan es así que cuando ellos se fueron esos fondos volvieron al Banco Central.
--¿Y simplemente no se podía abrir una cuenta a nombre del despacho?
--Pero usted no va estar pagando gastos reservados con algo que diga Vicepresidencia. Si lo que yo quería era tener un mejor control dentro de la reserva, porque si yo hubiese hecho todo en efectivo no tendría mayor problema, no habría registro alguno; sí lo hice por mayor transparencia.
--¿Para qué se usaron esos gastos reservados?
--Se ha comprobado ya que todo el dinero fue a la Iglesia, a cuestiones de seguridad, compra de equipo para que no nos intercepten llamadas telefónicas, ayudas a hogares de beneficencia, recepciones para invitados internacionales, compensaciones salariales, prácticas que se han hecho siempre; ese es el problema de la hipocresía ecuatoriana.
Persecución
--Pero si todo está tan claro, ¿por qué se le enjuicia, se le acusa y usted huye?
--Porque todo es parte de la persecución política, para la cual utilizaron a los diputados socialcristianos y al presidente de la Corte (Carlos Solórzano).
--¿Persecución. Si hay evidencia de las cuentas de un banco?
--Pero desde ahí parte mal porque lo que usted llama evidencia la consiguen en forma dolosa, violando el sigilo bancario y además la manejan mañosamente mezclando cinco cuentas privadas con dos que son las únicas de fondos reservados. Y aún así, el Presidente de la Corte la da por válida e inicia el juicio y me arman el escándalo.
--¿Entonces quién es su perseguidor?
--El principal es el expresidente León Febres Cordero.
--Pero ¿usted llega a la función pública en un gobierno de Febres?
--Sí. Y me doy cuenta de qué es lo que hace con el país y me separo de él. En 1987 yo tomo mi camino y me afilio al Partido Conservador. Ya cuando él me vio como un competidor político no toleró.
--¿Cómo llega esa influencia a la Corte?
--Es muy simple. ¿Quién es el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Solórzano? Es hermano de Héctor Solórzano, uno de los íntimos asesores de Febres Cordero. Y esa persona es quien me enjuicia sin que se ma haya levantado la inmunidad.
--Pero no es posible que el presidente del Poder Judicial de un país se salte la institucionalidad así porque así.
--Ese es el problema, que el Ecuador es un país con una fragilidad instutucional terrible; no hay ley. Allá han habido 19 constituciones y se las ha cambiado para el interés del gobernante de turno. En mi país no puede existir la justicia; yo soy un prófugo de la injusticia. Dahik confesó que aquí mantiene estrecha amistad con políticos de la talla de los exmandatarios Rafael Angel Calderón Fournier y Oscar Arias Sánchez, pero descarta que tuvieran alguna relación con su llegada a Costa Rica. Se muestra agradecido por la resolución de asilo a su favor y aunque no reconoce ni niega tener aspiraciones presidenciales, dice que volverá a su país en el momento en que se declare nulo el proceso que se sigue en su contra.
Colaboró en esta información Rónald Matute, redactor de La Nación.
Dedo acusador
En un escándalo que sacude las esferas políticas y judiciales de Ecuador, el expresidente Alberto Dahik afronta cuestionamientos hechos tanto por la Corte Suprema de Justicia, como por diputados de la oposición:
El 16 agosto de 1995 los diputados de oposición Rafael Cuesta y Xavier Neira, del socialcristianismo ecuatoriano, afirmaron tener pruebas certificadas de que Alberto Dahik abrió cuentas corrientes a nombre suyo y de sus secretarios particulares en el Banco de Pacífico con fondos de sus gastos reservados. Dijeron que esas cuentas tenían un saldo por $77 millones (unos ¢15.400 millones).
Se abrió un "juicio político" contra Dahik por los cargos de supuesto uso indebido de los recursos reservados para la Vicepresidencia. El 6 de octubre salió absuelto en el Congreso Nacional con 39 votos contra la moción de censura, 20 a favor y 14 abstenciones.
El 11 de octubre Carlos Solórzano, presidente de la Corte Suprema de Justicia de Ecuador, abrió una causa penal contra Dahik por supuesta malversación de fondos públicos de su despacho y ordenó prisión preventiva en su contra.
El expediente del caso señala la "obstinada oposición de las altas esferas de la función ejecutiva para impedir y obstruir la investigación procesal de los movimientos de los dineros públicos" a través de las referidas cuentas bancarias.
Ese mismo día el exvicepresidente salió de su país hacia Costa Rica.
El 21 de diciembre el fiscal general del Estado ecuatoriano, Fernando Casares, anunció que subalternos de Dahik reconocieron haber recibido como compensación salarial, fondos provenientes de los gastos reservados del exvicepresidente para atender asuntos de seguridad nacional.
Gestionarán revocatoria del asilo político
EFE. Quito. Diputados de los partidos Movimiento Popular Democrático (MPD) e Izquierda Democrática (ID) gestionan ante la Asamblea Legislativa de Costa Rica y la Cancillería ecuatoriana la revocatoria del asilo político concedido por el Gobierno costarricense al exvicepresidente de Ecuador Alberto Dahik.
Mientras el MPD realiza gestiones en el Parlamento costarricense (las cuales no fueron precisadas), la ID envió a la Cancillería ecuatoriana una comunicación en la que solicita una apelación ante los Tribunales de Justicia de Costa Rica de la concesión del asilo político a Dahik.
Los diputados de ambos partidos coinciden en que el exvicepresidente no es un prófugo de la justicia --razón por la que se le concedió el asilo--, sino un "reo de la justicia" ecuatoriana.
La próxima semana, una comisión de la ID viajará a Costa Rica con el fin de dar a conocer su "indignación" por la concesión del asilo a Dahik, reveló Luis Jarrín, director nacional de esa agrupación política.
Por otra parte, en un carta enviada al MPD por el diputado costarricense Rodrigo Gutiérrez, y hecha pública ayer, este aseveró que se siente "avergonzado, al igual que el pueblo de Costa Rica, de la falta de solidaridad de los gobernantes con los intereses superiores de la justicia de su país y del noble pueblo ecuatoriano".