Solo dos días estuvo el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) sin candidato presidencial, tras la renuncia de Rodolfo Hernández, el jueves anterior.
Ayer, al mediodía, ante cerca de 500 personas al frente de su casa, el pediatra anunció su regreso a la candidatura. Para su retorno, sin embargo, “aplican restricciones”.
En su renuncia, 48 horas antes, Hernández habló de intriga, envidia, egoísmo, traición y deslealtad. En su carta no señaló nombres de uno solo de los responsables.
La primera de sus condiciones la dio a conocer Hernández anoche por medio de un comunicado en el cual exigió la renuncia irrevocable del comité ejecutivo del PUSC, a más tardar el 19 de octubre.
Ese gruppo está integrado por Gerardo Vargas, presidente y candidato a diputado por Puntarenas; William Alvarado, secretario general y también aspirante a una curul, y la tesorera, Emilce Arias.
La Nación intentó conversar con Vargas y Alvarado anoche, pero no respondieron las llamadas.
“Nada ha acabado. Hoy inicio mi carrera política”, anunció en el jardín de su casa y generó el furor de los simpatizantes ahí reunidos.
Minutos antes, el diputado Rodolfo Sotomayor y los candidatos a la curul Humberto Vargas y Jorge Rodríguez se reunieron con Hernández dentro de su casa.
También estuvo con el candidato presidencial el dirigente calderonista del PUSC Marvin Herrera, quien espera coordinar más de cerca con el pediatra, para el resto de la campaña electoral.
“Tenía que pasar por esta etapa para sanear mi alma y que no me importen los hipócritas que dicen que no voy a servir en un debate”, aseguró el médico ante su público.
Indignados. Los representantes de los demás partidos políticos reaccionaron con indignación ante el regreso de Hernández.
“Lo que hemos visto hoy (ayer) es una falta de seriedad”, dijo Antonio Álvarez Desanti, jefe de campaña del Partido Liberación Nacional (PLN).
“El candidato del PUSC demuestra no tener palabra, lo veo cayendo en las encuestas”, dijo Otto Guevara, del Libertario.
El candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, cree que si Hernández no explica quiénes lo apuñalaban por la espalda “entonces será cómplice de una patraña”.