San José
Casa Presidencial no tira aún la toalla con la reforma fiscal, pero sí explora otras formas para combatir el déficit.
El ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, aceptó este martes que Zapote no le cerraría la puerta a una nueva emisión de bonos de deuda externa para enfrentar el faltante de dinero en el 2018.
Por ahora parece imposible llenar ese hueco en el erario con un aumento en la recaudación de impuestos, como lo pretende el Gobierno desde el 2015, por falta de viabilidad política en el Parlamento.
Alfaro dijo que el Ejecutivo no tiene una posición final sobre una nueva colocación de deuda soberana en mercados internacionales. Empero, también dijo que no descartan ninguna alternativa a la reforma tributaria.
"Por ahora no hay que cerrar ningún espacio, el país tiene que tener mecanismos de salida, pero como lo hemos dicho desde el principio, el tema de los planes B está muy agotado, el sistema no tiene muchas más alternativas que una reforma bastante integral del sistema fiscal, ya hemos logrado en buena parte la reforma hacendaria que se planteó y quedan ese par de temas de la reforma a los impuestos de ventas y renta, que son los que dan el componente de ingresos nuevos, coincido en que los espacios están muy cerrados pero seguimos trabajando para ampliarlos", contestó Alfaro este martes, durante la conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
La Nación publicó el viernes pasado que Hacienda prepara un proyecto de ley para que el país emita más bonos de deuda externa.
El viceministro de Ingresos de esa cartera, Fernando Rodríguez, manifestó que el proyecto lo prepara el área de Egresos y que plantearía a los legisladores una solicitud para colocar una nueva emisión de bonos en el exterior, que sea equivalente a un porcentaje todavía no definido de la deuda pública.
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Rodríguez dijo que esa alternativa surgiría después de que haya visos de que el Congreso podría aprobar una reforma fiscal, pues sería hasta entonces que el país podría pagar una tasa de interés menor a los acreedores de esa eventual nueva emisión, debido a que la calificación de riesgo país en la actualidad (cercana al terreno de la especulación) obligaría a pagar más por intereses.
Hacienda ve con interés la posibilidad de emitir más deuda externa ante la falta de dinero circulante en el mercado financiero local. En caso de que el Gobierno opte por pedir prestado dentro del país, las tasas de interés podrían dispararse al haber todavía menos plata disponible para créditos para el sector privado de la economía.
El Gobierno ha dicho que quiere evitar esto a toda costa, pero la realidad es que se le agota el tiempo para hacerle frente a un fuerte vencimiento de deuda interna en el 2018. El monto ascendería a ¢1,2 billones y el Ejecutivo acepta que sería difícil negociar con los acreedores un canje, para no pagarles la totalidad de su inversión más intereses y en su lugar renovarles los bonos a un plazo mayor.
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Sergio Alfaro intentó desmitificar la colocación de bonos país en el exterior al recordar que ya en el pasado Costa Rica ha optado por esa vía para conseguir recursos para hacerle frente a su elevado endeudamiento.
"Siempre hay que buscar salidas a las cosas. Ya en el pasado hubo una salida similar con una emisión de eurobonos ($4.000 millones que el Congreso autorizó emitir a un ritmo de $1.000 millones por año, la última colocación fue en el 2015). No es una cosa extraña para el país, sin embargo, es un tema que no se ha definido todavía. No tenemos una posición final sobre esto", comentó.
Fernando Rodríguez también adelantó a este diario a finales de la semana pasada que Hacienda desechó, por insuficiente, una reforma fiscal que le acarrearía al erario 1,5% del producto interno bruto (PIB) adicional por año en recaudación de impuestos.
Por el contrario, y ante la apremiante situación fiscal, Hacienda quiere revivir las refomas a ventas y renta que planteó en el 2015. Con esa reforma, varada totalmente en el Parlamento, el Gobierno pretendía recaudar un 2,2% del PIB más al año. El déficit fiscal cerró en diciembre del 2016 en un 5,2% del PIB, menos de lo que el Ejecutivo tenía previsto, aunque todavía inmanejable.
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Con pragmatismo, el ministro Alfaro descartó que en este momento haya un ambiente favorable para esa reforma en el Congreso, el teatro político donde se debe resolver un eventual incremento en la carga tributaria.
De hecho, la mayoría de los candidatos a la Presidencia consultados por La Nación se pronunciaron en contra de las intenciones de Hacienda de aplicar una reforma fiscal aún más fuerte que la original.
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Por otra parte, al menos tres de ellos sí recibieron bien la idea de que el país se aventure de nuevo a colocar bonos del Estado en los mercados internacionales.
"El tema de (los proyectos de reforma de) ventas y renta es el mismo: no hay votos para hacerlos viables. En el momento en que tengamos los votos podríamos considerar su convocatoria", reconoció Alfaro, y recordó que la única manera que el Ejecutivo concibe para contar con la aprobación de esas reformas es la aplicación de un trámite especial legislativo, para lo cual requeriría juntar los votos de al menos 38 diputados, algo que Zapote no ve cercano de ocurrir.
El ministro de la Presidencia no quiso puntualizar si está dentro de los planes del gobierno del presidente Luis Guillermo Solís heredarle a la próxima administración—que inicia labores el 8 de mayo del 2018—un proyecto de ley con cierto avance, para que pueda emitir más deuda externa y atraer mayores ingresos monetarios mientras intenta desactivar la bomba fiscal, algo que los últimos cuatro gobiernos no han podido hacer.