“Sí, lo han inundado de mociones, precisamente, como táctica legislativa para atrasar las cosas sin ver que dañan a un grupo de personas que desesperadamente piden la oportunidad de trabajar en puestos que son mejor remunerados que el promedio en Costa Rica”.
Así criticó el presidente Rodrigo Chaves el bloqueo impuesto por el Frente Amplio al proyecto de ley de jornadas fleixibles, conocido como jornadas 4-3. En nueve sesiones de aproximadamente dos horas cada una, la Comisión de Hacendarios de la Asamblea Legislativa solo ha podido discutir 32 de las 415 mociones presentadas, en su mayoría, por esta bancada.
Consultado en conferencia de prensa si se ha propuesto impulsar un trámite acelerado para el proyecto, Chaves respondió que su administración ya ha negociado.
“Queremos que el proyecto pase. ¿Por qué?, porque existe industria en este país que necesita de esa jornada para poder generar empleo, sobre todo a gente joven con altas habilidades en idiomas extranjeros, en producción de tecnología y en brindar servicios de centros de llamadas. (Esta) es gente que gana muy bien términos relativos del país que necesitan de esa jornada para poder acceder a esos trabajos”, dijo Chaves.
La iniciativa permitiría contratar personal que labore 12 horas diarias durante cuatro días por semana, por tres días de descanso.
Con sus iniciativas, el FA pretende que se excluya de la reforma a mujeres embarazadas, además de prohibir a los patronos impedir a los trabajadores regresar a su jornada ordinaria, cuando hayan superado el periodo de tres meses de prueba y no se hayan sentido satisfechos en la jornada 4-3.
En cuanto la jornada acumulativa diaria, pide que no supere las nueve horas y que se prohíba para los trabajadores de tiempo nocturno.
El presidente aclaró que la jornada 4-3 no aplicaría para todos los sectores.
Dijo que la vida “bucólica” de personas, con entradas a las 8 a. m. y salidas a las 4 p. m. del trabajo, quedó atrás en Costa Rica y en otros países porque el mundo se globalizó.
Lo que ahora existe, con la debida protección laboral para no esclavizar a nadie, es una industria que atiende necesidades de países de Europa, donde hay una diferencia de horarios.
“Eso tiene que ver muchísimo con la inversión extranjera directa. Bueno, ¿qué vamos a hacer? ¿Darle esos trabajos a otros países que tengan un sistema de regulación más moderno?”, preguntó Chaves.