Partidos cubrirán con dirigencia local vacío que dejan elecciones municipales

PLN redoblará trabajo comunal de candidatos a diputado.

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San José

La dirigencia de base distrital y cantonal toma mayor importancia para los partidos políticos, ávidos de contar con "soldados" que cacen votos durante las elecciones presidenciales del 2 de febrero del 2014.

La dificultad de ese reclutamiento yace en que durante los próximos comicios no se realizará en paralelo la elección de regidores municipales, por lo que los integrantes de las bases no competirán por puestos en sus comunidades.

Ese hecho, aceptan en las cúpulas partidistas, podría enfriar a los dirigentes populares y alejarlos de la lucha electoral.

Gracias a la reforma al Código Electoral, aprobada en el 2009, la elección de regidores fue unificada con la de los alcaldes, lo cual ocurrirá por vez primera en las elecciones municipales del 2016.

En los partidos metidos en la lucha presidencial reconocen que, si bien la ausencia de elecciones locales significa una carga menor de trabajo el día de los comicios, también implica hacer esfuerzos mayores para convencer a aquellos líderes de base para que den una pelea en la que no ganarán nada para ellos.

Candidatos con trabajo. Antonio Álvarez Desanti, jefe de campaña del Partido Liberación Nacional (PLN), reconoció que su divisa intentará quitarles el frío a los dirigentes comunales redoblando el trabajo comunal de los candidatos a diputado.

“Estamos organizando a los candidatos a diputado en grupos para que trabajen en cada cantón y distrito, para que vengan a suplir los liderazgos locales”, explicó.

Entre los contras de que no se realicen elecciones municipales, Álvarez Desanti citó el aumento en los costos de la campaña para intentar una mayor motivación partidista.

“Creemos que vamos a tener éxito, pues solo durante las elecciones distritales el PLN logró movilizar casi 400.000 votos”, recalcó.

Donde afirman no extrañar las elecciones municipales es en la Unidad Social Cristiana (PUSC).

Bases activas. El presidente del comité ejecutivo rojiazul, Gerardo Vargas, afirmó que la dirigencia de base del partido está bien aceitada y trabajando a toda máquina.

Vargas explicó que esa actitud se debe a que el PUSC decidió que fueran las asambleas provinciales las que eligieran a los candidatos a diputado, por lo que la dirigencia comunal del partido estuvo involucrada en esa escogencia.

“Quien pretendía ser candidato, tenía que ir a la base a tocar la puerta de la dirigencia, distrito por distrito. Somos el único partido que profundizó la democracia de esa forma y ese beneficio lo veremos reflejado en los resultados de las elecciones presidenciales”, vaticinó el jerarca.

Al candidato presidencial del Frente Amplio, José María Villalta, tampoco lo desvela el congelamiento de las elecciones municipales hasta el 2016.

“Intentamos mantener activa a nuestra dirigencia en los cantones los 365 días del año y no sólo durante la campaña presidencial”, comentó Villalta.

¿Cómo lo logra el Frente Amplio mantener en calor a sus dirigentes de base? El candidato amarillo dijo que mediante una activa agenda local que incluye desde la participación en luchas comunales y la divulgación de información sobre temas nacionales en todos los distritos.

Mayor enfoque. Por último, el presidente del comité ejecutivo del Partido Acción Ciudadana (PAC), Olivier Pérez, dijo que ve más pros que contras en que no haya elecciones municipales en el 2014.

La ganancia, dijo, pasa por que el partido podrá enfocar más sus fuerzas y sus recursos en la elección presidencial y en la de diputados.

En esta última lucha, el PAC pretende superar su récord de 19 curules ganadas en el 2006.

“Tenemos una estructura fuerte a nivel local, nos comunicamos constantemente con los dirigentes y sabemos que harán el sacrificio de trabajar fuerte el día de las elecciones”, sostuvo.

La campaña electoral dará inicio formalmente el 2 de octubre próximo, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), estima que en los comicios del 2 de febrero podrán votar más de tres millones de costarricenses, cifra que implica un reto para los aparatos que disponen los partidos para la movilización de electores.