Organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos de niños y adolescentes dudan de las cifras divulgadas ayer por el Gobierno, en las que se anuncia una disminución de la tasa de menores trabajadores.
Según datos expuestos por el Ministerio de Trabajo, en el 2002 la tasa de ocupación infantil era de un 10,2% de la población entre 5 y 17 años (113.523) y en el 2011, la cifra bajó a 4,6% (47.400).
Las cifras se obtienen al cotejar la Encuesta Nacional de Hogares (ENHO) del 2002 y la del 2011.
“La tasa de ocupación infantil en Costa Rica pasó de 10,2% en 2002 a 4,6% en 2011. Es la más baja de América Latina”, dijo la presidenta, Laura Chinchilla, ayer en una actividad contra el trabajo infantil, en el Museo de los Niños.
Sin embargo, la propia mandataria reconoció que la metodología aplicada en el 2011 varió y eso impide hacer una comparación directa.
“La duda que nos queda es que se tiende a hacer mucho juego con los números, la duda es si en realidad la población infantil que trabaja realmente ha disminuido. No tenemos la sensación de que las cosas hayan cambiado sustancialmente”, cuestionó Karin Van Wijk, de Defensa de los Niños y las Niñas Costa Rica (DNI).
Milena Grillo, de la Fundación Paniamor, también lamentó que las cifras de ambas encuestas no son comparables y estimó que los problemas con la población infantil que trabaja perduran en el mercado informal, donde los datos de ocupación son escasos.
Alberto Quiñonez, asesor en incidencia política de Visión Mundial, dijo que no podría hablar de una disminución en la tasa de ocupación infantil, hasta que no se revisen todas las variables que se utilizaron en la muestra.
“Las políticas públicas no han sido tan fuertes” para provocar una reducción dramática en la cantidad de niños trabajadores, alegó Quiñónez. El asesor también consideró que en esta época de crisis financiera mundial, el trabajo infantil se exacerba en las zonas rurales.
Versión. Según la Dirección de Planificación del Ministerio de Trabajo, los cambios en la metodología de la Encuesta de Hogares incluyeron una variación del cuestionario y cambios en los segmentos de la población escogidos y su tamaño.
Aun así, Chinchilla alegó que la tendencia arroja una merma, gracias a las campañas de los ministerios de Educación y Trabajo, la ley que prohíbe el trabajo peligroso en adolescentes y a una mayor conciencia de los patronos, para no contratar a menores de 15 años.
Para Yadira Alvarado, del Ministerio de Trabajo, pese a que los datos de las encuestas no son comparables, “hay clara evidencia” de un cambio en la tendencia y una disminución en la tasa de trabajo infantil.