Las declaraciones del presidente Luis Guillermo Solís de que no aceptará condicionamientos de los diputados para entrar en la discusión de los nuevos impuestos, endurecieron los criterios entre los integrantes del bloque opositor que domina la Asamblea Legislativa.
Aunque el mandatario les diga que existe una responsabilidad compartida entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo por la situación fiscal, los legisladores se niegan a ceder.
De hecho, insistieron en exigir señales de austeridad y de recorte de gastos en el Gobierno, antes de entrar a ver tributos.
Antonio Álvarez , del Partido Liberación Nacional (PLN), ratificó que para su agrupación no hay opciones de ver la agenda fiscal del Ejecutivo, sin que se pongan en la mesa una ley de empleo público para reducir los beneficios salariales del sector gubernamental, así como un plan para bajar las pensiones millonarias que paga el Estado.
“No es un condicionamiento odioso, sino un requerimiento sano para las finanzas públicas. Nuestra posición es irrevocable”, adujo el congresista.
La socialcristiana Rosibel Ramos, presidenta de la Comisión de Asuntos Hacendarios, cree que el Gobierno desaprovechó la posibilidad de dar una gran señal de austeridad con el Presupuesto Nacional del 2015.
“Si hubiera dado otras señales, hoy podríamos estar hablando de impuestos”, aseguró la parlamentaria, responsable de los planes sobre impuestos.
El jefe del Frente Amplio, Gerardo Vargas, apoyó la opinión de Solís de que se debe hablar de impuestos ya, pero no sin antes atacar la evasión fiscal.