Aprobación, ataque y dudas, tres términos que resumen diversas reacciones que generó el discurso que el mandatario José María Figueres pronunció el lunes en el Congreso.
Oscar Arias S.
Expresidente de la República
"Me pareció bueno, muy conciliador, lo cual augura un mejor año para el país. Es irónico que si ocho años atrás cinco discrepantes presidentes centroamericanos pudimos lograr acuerdos importantes para Centroamérica, nuestros dirigentes políticos sean incapaces de alcanzar acuerdos."
Rodrigo Carazo Z.
Defensor de los Habitantes
"Coincidimos en señalar la marcada ausencia de solidaridad en la sociedad. Nos llama la atención que don José María insista en lo equitativo y solidario del proyecto de ajuste tributario, del que le hemos manifestado reiteradamente que no es ni sostenible, ni permanente, ni equitativo ni solidario."
Francisco Escobar
Sociólogo y profesor universitario
"Figueres trató de justificar las acciones del Gobierno en materia de administración y política; también la falta de logros concretos en términos de ingobernabilidad, que es un concepto muy confuso e impreciso porque por una parte parece echarle la culpa al país de haberse vuelto ingobernable, como si el país tuviera la responsabilidad de que el presidente no lo pudiera gobernar, pero, por otro lado, deja la duda de si es Figueres el que no puede gobernar. No quedó claro qué va a hacer el Presidente cuando el país sea gobernable."
Marco Vinicio Ruiz
Presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada
"Sentimos a José María Figueres actuando como presidente de todos los costarricenses. Antes no solo era agresivo contra la oposición, sino conflictivo; ahora acepta con humildad la rectificación. Hace una propuesta honrada, resultado de la reflexión, de que el camino que hay que recorrer es el del diálogo y la reforma del Estado. El discurso no dice cómo vamos a salir de la crisis donde estamos."
Albino Vargas
Secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos
"Fue un clarísimo mensaje de que el Gobierno se va a matricular con el programa de ajuste ortodoxo del Partido Unidad. Hay una gran arrogancia en el sentido de que los sectores sociales somos convidados de piedra. Es claro que el Estado de derecho que tenemos en criterio de José María Figueres no sirve para nada; él quisiera que hubiera un régimen autoritario."