Nicaragua calificó de “pesadilla medioambiental” la construcción de la trocha fronteriza 1856 por parte de Costa Rica. Así lo exteriorizó en la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda.
El gobierno de Daniel Ortega participó en la apertura de una nueva audiencia, en la que pide medidas cautelares para detener el supuesto vacío de sedimentos en el río San Juan.
“Costa Rica se ha embarcado en la construcción de una carretera extremadamente dañina”, dijo, en inglés, Carlos Argüello, representante de Nicaragua. “No se hizo ningún estudio para atenuar los daños medioambientales”, agregó.
Su delegación mostró videos en los que se veían restos de grandes tubos de metal, al parecer, destinados a la evacuación de aguas. Argüello aseguró que las leyes de Costa Rica prohíben la construcción de una vía tan cerca de un río.
Enrique Castillo, canciller costarricense, afirmó ayer, en Francia, lo siguiente sobre los argumentos de Nicaragua: “Por lo que me informaron ayer, ellos están muy débiles en pruebas y nosotros muy fuerte”.
“Lo que se espera es que la Corte no dicte medidas. Puede ser que digan: ‘Pongan atención o corrijan, pero no creo que vayan más allá’. Esperamos resultados de audiencias de hace tres semanas (cuando Costa Rica pidió medidas provisionales contra Nicaragua). No sabemos si van a responder a una y luego a otra o las dos juntas”, añadió.
Nicaragua afirma que la trocha, de unos 130 kilómetros, causó erosión y sedimentación en el río San Juan.
El jueves y el viernes, ambos países podrán replicar.
Hace menos de un mes, los dos países asistieron a otra audiencia, a pedido de Costa Rica, que reclamaba daños de Nicaragua con la apertura de nuevos canales en isla Calero.