Migrantes agotan sus días entre coyotes, albergues y trámites

Quebraduras, trombosis y otros males afectan a africanos y haitianos

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Con navajillas, lentamente, dos "congoleños" rasuran el cabello a sus compañeros de albergue. Pasan y repasan un pequeño peine sobre el respingado pelo colocho de sus supuestos coterráneos, mientras el calor que viene y se devuelve entre Golfito y Río Claro los castiga lentamente y los pone a sudar.

A un par de metros, cuatro hombres golpean con furia una mesa y con las manos sostienen las fichas blancas de dominó, mientras hablan en un francés complicado, a medias entre caribeño y africano. No quieren fotos, no quieren nada. Solo quieren salir de ahí.

El grupo más reciente que llegó a ese sitio, el Centro de Atención Temporal de Migrantes (Catem) en Río Claro, arribó el jueves, después de pasar por la oficina de Migración de Paso Canoas, donde se determinó que debían pasar a ese albergue por alguna situación de salud particular.

Alfredo Salas, director regional de la Cruz Roja Costarricense, dice que los sanos reciben de inmediato el permiso estatal para estar un máximo de 25 días en el país.

Ahí, en el albergue, hay un hombre con una pierna envuelta en gasa, luego de salir del hospital Escalante Pradilla, en San Isidro del General, afectado por una trombosis. Su primo, Beloni Boudare, espera que le den el alta para irse ambos.

Una mujer, de 37 años, solo puede movilizarse en una silla de ruedas. En Colombia, cruzando selva, se cayó y se quebro el peroné. Recibió atención superficial en Panamá, pero fue hasta que llegó a Costa Rica que la operaron y ahora se recupera, en medio del dolor.

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Según la información suministrada por Mauricio Herrera, Ministro de Comunicación, de mayo a hoy, la Caja Costarricense del Seguro Social ha atendido 1.302 personas con un costo de ¢126 millones. Las principales razones de consulta son problemas respiratorios, diarreas, gripes, neumonías y problemas en la piel. Hay revisión médica de lunes a viernes, durante las mañanas.

Por su parte, Alfredo Salas aseguró que este viernes había 105 personas en el Catem, 60 de ellos ingresaron el jueves, pero así como entran, salen en grandes cantidades.

ADEMÁS: 100 migrantes intentaron ingresar al país entre casas abandonadas de Paso Canoas

Este viernes, la oficina de Migración en Paso Canoas estaba un poco más tranquila, con menos migrantes esperando el permiso. Para la tarde, la Fuerza Pública esperaba la llegada del contingente de policías que el presidente Solís anunció el miércoles.

Cada día, llegan más migrantes, algunos de ellos con quejas sobre gente que los ha despojado de dinero, con la promesa de llevarlos a cualquier lado y que los hace caminar por la zona, sin que ellos entiendan de la burla.

Lugareños y efectivos policiales que se reservaron el nombre, por no tener autorización para fungir como voceros, indicaron que resulta evidente que la policía panameña guía a estos migrantes a puntos ciegos por los que podrían ingresar a territorio de Costa Rica y así evadir los controles oficiales.

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