El ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, reconoció como real la posibilidad de dejar vacante el cargo de viceministro, que ocupó hasta el 17 de enero el abogado Daniel Soley.
Jiménez cumplió ya 40 días sin nombrar un sustituto desde la renuncia del viceministro de la Presidencia, provocada tras conocerse que, el 6 de enero, mencionó opciones de cargos diplomáticos a la procuradora general de la República, Ana Lorena Brenes.
El ministro de la Presidencia contó que se siente cómodo con la manera en que ha organizado la comunicación con la Asamblea Legislativa, tarea a la que estuvo dedicado Soley en los siete meses durante los que estuvo en el Ejecutivo.
“Ahora hacemos una buena articulación de los tres asesores que tengo, Mariano Salas, Cristian Maroto y Luis Paulino Mora, con los tres diputados nuestros claves: Víctor Hugo (Morales Zapata), Emilia (Molina, jefa de la bancada oficialista) y Henry (Mora, presidente de la Asamblea Legislativa). Coordinamos semanalmente con reuniones de trabajo. Incluso, hasta me está gustando el modelo, está siendo muy efectivo”, dijo.
Cuando se le repreguntó si ve posible trabajar sin un viceministro para la coordinación política, dejó abierta la ventana: “No sé, no sé. Está sobre la mesa, pero me está gustando el modelo y hay que discutirlo con el presidente. En el pasado, en el gobierno de (Luis Alberto) Monge (1982-86), entiendo que no hubo viceministro, sino un equipo de asesores coordinando con eficiencia”.
Y remata: “Se ha mejorado mucho la comunicación”, señaló Jiménez, quien admitió estar ahora más atento a la Asamblea Legislativa, donde el Gobierno ha logrado frutos a pesar de la alta fragmentación partidaria, según su criterio. El último de ellos fue la aprobación del empréstito de China para la ampliación de la ruta a Limón.
La otra plaza de viceministerio de la Presidencia la ocupa Ana Gabriel Zúñiga, encargada de relaciones con sectores no legislativos.