Tensiones internas del gabinete se sumaron a las críticas y cuestionamientos externos para conducir a la destitución del ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, anunciada ayer por el mandatario, Luis Guillermo Solís.
A tres semanas de cumplir su primer año como gobernante, Solís tomó la decisión de relevar a su hombre de confianza y jefe de su campaña electoral, tras atribuirle un “enorme desgaste” y dificultades para ser interlocutor del Gobierno.
Esta mañana se anunciará al nuevo titular de la Presidencia, que ejerce como coordinador del gabinete, vocero del Poder Ejecutivo e interlocutor con diputados y otros sectores.
La medida fue aplaudida ayer por varios sectores externos al Gobierno, pero dentro también hubo quienes habrían quedado complacidos, a juzgar por declaraciones previas dadas por Henry Mora, presidente de la Asamblea Legislativa y cercano al ahora exministro.
“El presidente tiene que optar entre relevar a don Melvin o relevar al grupo que se le opone a él y es una decisión muy delicada para el presidente”, dijo Mora una hora antes de que el mandatario informara de la salida de Jiménez, al finalizar la inauguración de un colegio técnico, en San Isidro de Heredia.
“Supongo que el menor costo para el Gobierno sería relevar a uno y no relevar a cinco, en términos de lo que ha ocurrido en el interior del gabinete (...).
”La situación se ha tornado bastante difícil como para insistir en que él se mantenga”, añadió Mora, sin citar nombres de ministros. Él aspira a reelegirse como presidente legislativo este 1°. de mayo.
Una hora y media después de esas manifestaciones, Solís confirmó la salida del principal ministro de su gabinete.
“No quería más maltrato ni más incertidumbre alrededor de la vida del hombre que ha entregado tanto al país y tampoco inestabilidad e incertidumbre que se podría atribuir al Gobierno”, justificó el mandatario.
Solís también aseguró que su amigo no tendrá ningún otro puesto en el Gobierno, como lo había insinuado el diputado de Acción Ciudadana (PAC) Víctor Hugo Morales Zapata, sin autorización suya, anteayer.
Agitación. Melvin Jiménez duró 343 días como ministro, periodo en el cual acumuló críticas por el manejo político y por sus yerros como vocero del Poder Ejecutivo, aunque ayer Solís lo colmó de alabanzas por su trabajo.
Consultados otros ministros, la mayoría prefirió no opinar sobre el relevo.
Otros sí, como el ministro de Trabajo, Víctor Morales Mora. “Mi total respaldo al señor presidente de la República. Estas decisiones no son fáciles y requieren de absoluta claridad sobre lo que es mejor para el país y para el buen ejercicio de Gobierno. Esa claridad y su liderazgo quedan fortalecidos”, declaró.
La ministra de Cultura y expresidenta del PAC, Elizabeth Fonseca, consideró que fue una decisión “muy justificada”.
“Entiendo que el cargo de ministro de la Presidencia genera un profundo desgaste, más en momentos como estos, de tanto ruido. Siempre duele perder a una persona del equipo, pero la salida era inminente”, dijo.
Sonia Marta Mora, ministra de Educación, contestó tajantemente que no opinaría sobre la destitución de Jiménez, pues eso es total potestad del presidente.
Similar fue la reacción del ministro de Comercio Exterior, Alexánder Mora: “Respeto y apoyo de manera directa y absoluta la decisión que él tomó con ese o cualquier otro nombre”. Y la del titular de Ambiente, Édgar Gutiérrez: “El presidente tendrá sus razones para haberle pedido la renuncia”.
De los ministros localizados, solo el de Economía, Welmer Ramos, se mostró dolido por la partida de Jiménez. “Lamento mucho la decisión. Melvin es un compañero que aprecio y conozco sus atributos de trabajo éticos y demás”, manifestó.
Las mayores loas, sin embargo, se las dedicó Solís: “Solo palabras de reconocimiento; entregó alma, corazón y vida. Enfrentó gran cantidad de tensiones, con estoicismo y señorío político”.