Luis Guillermo Solís reconoce en su discurso errores políticos, pero ‘no tantos ni tan graves’

Admite dificultad en reducir trabas del Estado; pide legalizar FIV y parejas gais

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El presidente Luis Guillermo Solís reconoció que su gobierno ha cometido errores en este primer año, pero advirtió que son “inevitables” y que “no son tantos ni tan graves como lo pretenden hacer creer” grupos interesados o afectados por decisiones desde Zapote.

En su primer informe de labores, que en texto ocupó 35 páginas y en tiempo, 85 minutos, el mandatario reiteró la vocación de un “cambio irrenunciable e irreversible” para su administración, a pesar de “los males que dicen avizorar las voces del tremendismo político”.

Con gesto pausado y voz calma, Solís se dirigió con poca retórica a una Asamblea Legislativa cuyo control quedó desde ayer en manos de los opositores, quienes le han reclamado falta de rumbo e incumplimiento de la promesa de cambiar la política nacional.

A Solís lo acompañó su equipo de ministros, seis de los cuales se incorporaron ayer de manera formal, incluido el de la Presidencia, Sergio Alfaro, encargado de la interlocución con los diputados.

Aunque Solís dijo agradecer la crítica constructiva e impulsar la autocrítica “indispensable” en su equipo de gobierno, pidió un debate que supere “la escaramuza mediática, los enojos fingidos y el catastrofismo calculado con que tantas veces se intenta levantar voces mesiánicas para anunciar futuros irreales.

”Los exhorto a que elevemos la calidad del debate público”, dijo Solís con tono solemne, después de declararse insatisfecho con los resultados del Gobierno en este año y satisfecho con el desempeño de la Asamblea Legislativa, a pesar de la pequeña y fragmentada bancada oficialista”.

Entre sus logros, citó una baja en la cantidad de delitos contra la propiedad, mantener baja la inflación, innovar en el combate a la pobreza y promover el desarrollo local con programas como “Tejiendo Desarrollo”, liderado por Mercedes Peñas, primera dama.

En vivienda, dijo estar poniendo orden en proyectos y beneficiarios y lamentó los problemas en hospitales. “No disimulo mi desazón y vergüenza por la reiterada falta de atención a problemas acumulados desde hace años que amenazan la vida y bienestar de los pacientes”, citó.

Además de admitir errores (que no detalló) y urgir soluciones al déficit fiscal, consideró “incipiente y poco efectiva” la tarea de recuperar capacidad de gestión y ejecución del Gobierno.

También repitió su intención de liderar un Gobierno transparente y dialogante. Además, el mandatario aprovechó su discurso para enlistar 19 tareas prioritarias para este segundo año y proyectos que cree necesarios para esta legislatura.

Entre estos proyectos, mencionó la reforma fiscal y la legalización de la fertilización in vitro (FIV) y de las parejas del mismo sexo, tres temas vetados por el grupo opositor que asumió ayer el Directorio legislativo.

Equilibrios. Solís calificó la economía como estable, pero dijo que es necesario dinamizarla. Señaló avances en la atención de problemas sociales, pero subrayó que la “precariedad fiscal” es un condicionante. Reivindicó la promesa de transparencia, pero ya no mencionó la metáfora de “casa de cristal” que ha resultado un bumerán ante los yerros.

Otros elementos que Solís evitó mencionar fueron su gestión en cultura, la reforma por un Estado laico, la ley de empleo público y el sistema de pensiones. Tampoco citó las mesas de diálogo político y social que impulsó en setiembre y que, semanas después, repudiaron tanto partidos políticos como fuerzas sociales.

Ese proceso lo lideraba el ahora exministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, a quien Solís atribuyó otro de los méritos pronunciados de su gobierno: “Evitar la confrontación social y eludir la confrontación callejera”. Puso como ejemplo la ausencia de protestas en la celebración del 11 de abril, en Alajuela.

Para este segundo año de su gobierno, que será “difícil” y en mitad de una “democracia en transición” (sin más precisiones), el mandatario prometió más. “Lo vamos a hacer mucho mejor”, dijo antes de emplazarse a sí mismo y al país a actuar con más dinamismo. Y para acabar, aplausos en el plenario y un beso de la primera dama.