Luis Guillermo Solís propone acabar el año con impuestos aprobados

Presidente admite difícil escenario entre diputados y sectores, pero urge un ‘respiro’

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La situación financiera del país al parecer no está para esperar dos años, el plazo que había fijado Luis Guillermo Solís en campaña electoral para plantear un aumento de impuestos.

“No; no se le puede dar muchas largas”, opinó el presidente de la República, quien se atrevió a fijar un periodo de un año para tener aprobados los planes de carácter fiscal anunciados este 2015. Así lo dijo: aprobados.

Eso manifestó Solís ante los periodistas que le preguntaban por las opciones para afrontar el déficit de 5,7% proyectado para el cierre de este año.

“Debemos tomarnos el tiempo que se requiera de este año para empezar el año entrante ya con paso firme, ya con un proyecto aprobado que le permita al país tener un poco de respiro en esa materia”, dijo el gobernante, cuando solo resta una semana para acabar la primera de las cuatro legislaturas de los diputados en este cuatrienio.

En la agenda de proyectos, figura una iniciativa para combatir el fraude fiscal, además de dos planes aún no enviados a la Asamblea Legislativa para modificar el impuesto de renta y convertir el actual impuesto de ventas en un impuesto al valor agregado (IVA), lo que implicaría gravar a más gente.

Estos dos últimos tienen como meta recaudar unos ¢600.000 millones. Por ahora, están en la fase de incorporación de criterios, recogidos entre el 10 de marzo y el 17 de abril, entre diversos sectores, informó ayer el Ministerio de Hacienda.

“El país requiere una reforma tributaria. Se acabó el tiempo para patear esa bola más para adelante. Mucha gente me dice que de esto no debo hablar porque es impopular, pero lo que es impopular es no hablar de esto, meterlo debajo de la alfombra y hacer pensar que podemos seguir bailando la giganta, sin asumir las consecuencias que ello tiene para la economía”, manifestó Solís ayer, luego de inaugurar la ExpoPyme, en San José.

Minutos antes, en su discurso había abogado por una pronta “reforma fiscal progresiva”. Para ello, advirtió, pedirá a sus ministros llevar el mensaje a los sectores que participan de la discusión sobre el tema fiscal.

“Les he pedido que vayan como evangelistas por todo el país explicando a los sectores productivos cómo y qué hay que hacer para lograr esa magia que permita que el país se fortalezca en lo fiscal”, añadió.

Se intentó precisar detalles con el ministro interino de Hacienda, Fernando Rodríguez, pero su encargada de prensa dijo que preferían esperar el regreso al país del titular, Helio Fallas.

Complicado. El presidente, sin embargo, reconoció que nada será fácil. La bancada del Partido Liberación Nacional (PLN), la principal de oposición con 18 diputados, pone como condiciones previas la reactivación de la economía (crecimiento de 3,4% del PIB en este año) y recortes en el gasto público. Solo después de eso estarían dispuestos a estudiar los proyectos fiscales.

Uno de los principales aliados del Gobierno en lo fiscal es el legislador oficialista Ottón Solís, quien consideró “una embarcadilla” de Luis Guillermo Solís decir en campaña que no tocaría los impuestos antes de transcurrida la mitad de su gestión.

“Yo lo apoyo de cualquier manera, pero para hacerle ambiente a esto es necesario también recortar el gasto en cosas de fondo y simbólicas. Por ejemplo, dejar el pago de anualidad solo para una parte de los trabajadores públicos y que solo haya un viceministro por cada ministerio, que sería algo más simbólico”, señaló.

Para el diputado, “es posible avanzar. El Gobierno demuestra interés en cobrar bien los impuestos, envió proyectos para combatir el fraude fiscal y se está haciendo algún esfuerzo en recorte de gastos superfluos, además de invertir los recursos disponibles. Sí ayudaría mucho que el presupuesto del 2016 venga bien austero en gasto corriente”.