Laura Chinchilla, exdiputadas, exministras y políticas piden una magistrada para Sala IV

107 mujeres distinguidas en la política y defensa de derechos humanos solicitan igualdad a la hora de llenar vacante en Sala Constitucional, que actualmente posee 5 hombres y una mujer

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107 mujeres que han ocupado altos puestos políticos nacionales e internacionales se unieron para pedir a las diputadas de la Asamblea Legislativa nombrar a una mujer en la magistratura que está vacante en la Sala IV, a fin de avanzar con la paridad de género.

La carta, firmada este martes 1.° de junio por la expresidenta de la República Laura Chinchilla, exministras, exdiputadas y activistas, se refiere al cargo que dejó vacante la exmagistrada Nancy Hernández, hoy jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

“Ustedes, como tomadoras de decisiones desde el primer poder de la República, tienen en sus manos la oportunidad histórica de preservar y acrecentar un logro fundamental que tomó más de un siglo en concretarse: la presencia de mujeres magistradas en el Poder Judicial.

“Esta Asamblea Legislativa está a las puertas de nombrar a la persona que sustituirá a la distinguida exmagistrada Nancy Hernández López.

“Es imperativo que quien ocupe esa silla posea los más sólidos atributos profesionales y personales. Y también que sea una mujer”, dice el escrito.

La misiva lleva la firma de tres de las cuatro presidentas legislativas que ha tenido Costa Rica: Rita Contreras, Carolina Hidalgo y Silvia Hernández.

Dentro de las firmantes también están Zarela Villanueva, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia; y Elizabeth Odio Benito, ex vicepresidenta de la República y expresidenta de la Corte IDH. Junto a ella firmaron las exministras de la Mujer, Patricia Mora y Marcera Guerrero.

En marzo de este año, la Comisión de Nombramientos de la Asamblea Legislativa recomendó seis candidatos para sustituir a Hernández. Se trata de tres mujeres y tres hombres y estas fueron sus calificaciones: Ingrid Hess (93,7), Huberth Fernández (91,8), Vilma Sánchez (85,9), Ronald Salazar (84,4), Ileana Sánchez (83,5) y Norberto Garay (79,3).

Si los legisladores nombran a un hombre, la Sala IV quedaría integrada con seis hombres y solo una mujer, la magistrada propietaria Anamari Garro.

“Por muchas razones es lógico y necesario que el nombramiento recaiga en una mujer. No se trata simplemente de llenar una cuota de poder. Es esencial preservar la perspectiva femenina, que es la de la mitad de la población, en los cuerpos colegiados de toma de decisiones. Debemos, incluso, aspirar a un mejor balance en futuros nombramientos. En este caso, se estaría sustituyendo a una de las únicas dos mujeres, de los siete miembros que componen la Sala. De no hacerse así, la representación femenina quedaría reducida a una sola magistrada.

“Diversos convenios y declaraciones internacionales reconocen la importancia del empoderamiento femenino en las vertientes cultural, cívica y de toma de decisiones de política pública, así como en la equidad de los resultados que generan las políticas públicas - lo que incluye las sentencias judiciales-”, agrega la carta.

Según las firmantes, saldar la deuda de género depende de erradicar los desbalances derivados de cuatro elementos clave: participación en política, participación en la fuerza laboral, educación, y legislación y políticas de Estado.

“Múltiples estudios demuestran que la participación femenina en los tribunales de justicia ha contribuido significativamente a crear confianza en la justicia. Con su sola presencia, las juezas elevan la legitimidad de los tribunales y envían un fuerte mensaje de apertura y accesibilidad de la justicia.

“También, está demostrado que más juezas mejora la calidad de las sentencias y, por lo tanto, de la justicia misma, pues no solo aportan su conocimiento técnico, sino sus propias vivencias y su percepción de cómo la justicia afecta la calidad de vida de la gente. Más juezas emitiendo sentencias ha contribuido a identificar los sesgos estructurales de género y a producir una interpretación y aplicación de las leyes menos sesgada y más inclusiva. Las mujeres en la magistratura y en la judicatura traen a la mesa una perspectiva que, sin ellas, no existe”, argumenta el oficio.

“Lograr la elección casi totalmente equitativa en la Asamblea Legislativa ha tomado muchos años de lucha para romper paradigmas hondamente enraizados en la sociedad costarricense. Ahora, esa Asamblea Legislativa paritaria tiene la responsabilidad de que la silla vacante en la Sala Constitucional la ocupe otra mujer. Lograrlo depende directamente de ustedes. Está en sus manos”, concluyeron.