Laura Chinchilla da hoy su último discurso, pero ‘sin agobiar’

Pretende durar cerca de 75 minutos y escuchar un poquito de Paul McCartney

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Hoy es el primer adiós formal de la presidenta Laura Chinchilla.

La despedida ocurrirá, a alguna hora de la tarde, ante los nuevos miembros de la Asamblea Legislativa, una semana antes de quitarse de encima una banda presidencial que simboliza la gestión complicada, que ella intentará resumir en menos de 75 minutos.

El último discurso ante el Congreso, la rendición de cuentas de los cuatro años, estaba casi lista desde 48 horas antes, pero Chinchilla dijo que quiere “no agobiar” con la extensión del mensaje.

Por eso, pasó sus últimas horas recortando, por aquí y por allá, el texto que leerá. El resto quedará en un documento impreso que contiene la cosecha del Gobierno, vista desde la mirada de quien hace cuatro años asumió el poder como la primera mujer en la historia y que acabó en el centro de abundantes críticas populares.

Ella decide que los frutos son abundantes, pero su mayor logro corresponde a su principal promesa de cuando fue candidata presidencial: seguridad, seguridad y seguridad.

“El principal legado tiene que ver con nuestro mayor compromiso, que era hacer Costa Rica un hogar más seguro”, dijo este martes, tras advertir de que también tratará de mostrar los logros en los otros tres de su Gobierno: económico, social y ambiental.

Nada debería sorprender sobre el mensaje de una mandataria que lleva ya semanas machacando sobre lo que considera sus logros y tratando de salir con la mejor imagen posible, a pesar de las críticas de quienes, incluso, la apoyaron para llegar al poder.

Esta semana circuló un video de cinco minutos en la red YouTube. Es una especie de tráiler de lo que Chinchilla proyectará hoy tratando de no sobrepasar la hora y 15 minutos. Es consciente de que hoy la política, por muy interesante que parezca, tiene tremenda competencia a cuatro kilómetros de distancia con el concierto del ex-Beatle Paul McCartney, en el Estadio Nacional.

Ella no lo ignora del todo y tampoco pierde la esperanza de escuchar algunas de canciones, si logra cumplir pronto su obligación constitucional de entregar la rendición de cuentas ante el Congreso.

“Si terminamos a tiempo, por supuesto que llegaré, así sea a escuchar los últimos 15 minutos del concierto. Ojalá podamos”, dijo la gobernante saliente, sin evitar las sonrisas.

Tope: 75 minutos. Pero no todo depende de ella. Su discurso podrá darlo solo después de que los diputados hayan acabado su jornada de elección del Directorio legislativo, para el periodo 2014-2015.

Chinchilla no sabe si quien le dará la palabra será un diputado oficialista del Partido Acción Ciudadana (PAC) o uno de los opositores, aunque a ella poco le cambia los planes. Su medición de resultados está casi hecha y en una semana ella será expresidenta.

A Luis Guillermo Solís, el sucesor, le quedarán varios de los “desafíos”, como llama ella a lo pendiente, que no precisó, este martes, en respuestas a la prensa y que podría detallar hoy en su discurso.

Lo seguro es que no se referirá a “la mesa servida”, la frase que se volvió muy empleada después de que Óscar Arias la pronunció, en referencia a las condiciones que comenzaría a gobernar Chinchilla.

“La lucha por el desarrollo de una nación es continua y uno nunca puede ser tan pretencioso como para decir a un gobernante entrante que la historia termina en este punto. Cada gobierno tiene un conjunto de compromisos y debe rendir cuentas sobre ellos, explicar los elementos no programados y reconocer algunos de los faltantes y desafíos”, contestó la presidenta.

Esta vez lo pendiente queda a su sucesor. Hace un año prometió más diálogo con los sectores y en el 2012 anunció la “junta de notables”, cuyo trabajo, finalmente, no pasó de reuniones, una conferencia de prensa, así como varios folletos impresos con recomendaciones que nadie recogió.

Pero el colmo fue el 2011, pues ni siquiera pudo dar el discurso el propio 1.° de mayo, lo cual no ocurría desde 1936. Ese día, los opositores se aliaron por encima de sus diferencias y arrebataron el control del legislativo al oficialismo.

Podría ser este un antecedente de interés hoy, pero ya a Chinchilla no la afectará, salvo que se atrasen demasiado y no pueda oírle ni una sola canción a Paul McCartney.