Cuando ya las organizaciones de derechos homosexuales habían dejado atrás las disputas contra Justo Orozco por sus posiciones como presidente de la comisión legislativa de Derechos Humanos, el diputado nuevamente es centro de la polémica, luego de ser elegido ayer como candidato presidencial del partido Renovación Costarricense.
En la asamblea nacional de la agrupación, Orozco fue aclamado por sus copartidarios, a pesar de que insistió en que él no quería ser el aspirante a la presidencia.
El diputado ya había sido candidato en el 2002, y explicó ayer que su designación fue “por inopia”, o sea por la ausencia de figuras en el partido para asumir ese puesto.
Orozco espera, más que luchar formalmente por la presidencia, aumentar el número de curules de su partido en el Congreso.
El diputado aceptó, eso sí, que va a radicalizar sus posiciones en favor de la familia.
“No necesariamente vamos a buscar esa polémica, pero sí vamos a estar en contra de esos temas”, insistió, en referencia a las uniones gais y la fecundación in vitro.
En la misma asamblea, Renovación Costarricense eligió los candidatos a diputados por el partido, que actualmente solo tiene a Orozco en la Asamblea Legislativa.
El primer lugar de la papeleta de diputados de San José lo ocupa el joven pastor Gonzalo Ramírez, quien hasta marzo pasado formaba parte de la iglesia Pasión por las Almas.
Ramírez explicó ayer que espera no entrar en la discusión de las uniones homosexuales, pues cree que ese tema concluirá en este periodo legislativo.
“Yo voy a hacer valer los valores de la población cristiana, y no los de una persona (en referencia a Justo Orozco), los valores de los costarricenses que defendemos la familia, el matrimonio entre hombre y mujer, los valores de la educación”, advirtió Ramírez.
Prisión preventiva. Ramírez, aspirante a la diputación que dejará Orozco en mayo del 2014, reconoció ayer que estuvo en prisión en el 2001, acusado de supuesta falsificación de firmas.
Ramírez dijo que estuvo dos meses en prisión preventiva, y que el proceso terminó en la primera audiencia, luego de que él conciliara con la parte acusadora.
“El expediente dice que yo no falsifiqué ningún documento”, adujo Ramírez, quien agregó que esa experiencia en prisión lo acercó a Dios, para luego fundar una asociación sin fines de lucro.