El equipo de campaña del oficialista Johnny Araya Monge reconoció anoche que no solo fallaron en su intención de triunfar en una primera vuelta, sino que esperaban un contendor diferente para una segunda ronda.
Araya aceptó, ante la prensa, sentirse sorprendido por los resultados del Partido Acción Ciudadana (PAC) y su candidato, Luis Guillermo Solís.
Él aspirante del PLN reiteró en la campaña que la lucha era entre él y José María Villalta (Frente Amplio), aferrado a lo que concluían las encuestas, como reconoció Walter Coto, uno de los principales asesores de Araya.
“Lo que pasó fue que muchos que estaban con Villalta se fueron moviendo hacia Luis Guillermo Solís”, justificó Coto, minutos antes de un discurso optimista de su candidato presidencial, quien exaltó virtudes de su agrupación sin mencionar al Partido Acción Ciudadana (PAC).
“Este país no está para experimentos ni improvisaciones, ni propuestas carentes de equipo. Este país no puede aceptar a los que han querido borrar la memoria y decir que todo está mal y que han querido vender un sentido de pesimismo en este pueblo”, declaró Araya ante simpatizantes, en el hotel Crown Plaza, en La Sabana, en un ambiente festivo.
“La propuesta que hicimos a los costarricenses goza de respaldo. Hemos venido en proceso de renovación. Hemos hecho un sincero esfuerzo por recuperar raíces socialdemócratas del PLN”, dijo Araya a los periodistas antes de admitir que se sintió afectado por la gestión de la presidenta, Laura Chinchilla.
El candidato verdiblanco sí reconoció algunos errores en la campaña: “Vamos a ver los resultados con mucho cuidado. No hemos dado señales suficientemente claras de que queremos rectificar y de que buscamos un cambio responsable. Esas señales las vamos a mostrar con sinceridad en estos dos meses. Vamos a mostrar al pueblo que queremos rectificar”.
El candidato a una vicepresidencia, Jorge Pattoni, comentó que la alegría de anoche era relativa: “Más que contentos, estamos preparándonos para dos meses más de lucha. Creímos que hoy se acababa esto”.
Araya, ante la prensa, desestimó importancia alguna de que su hermano, Rolando Araya, fue el perdedor en la única segunda ronda que registra la historia del país, en las elecciones del 2002, cuando triunfó Abel Pacheco.