Al Gobierno le habría gustado que hoy los medios de comunicación informaran sobre la aprobación de los recursos para ajustar el dinero de los aguinaldos de varias entidades.
Sin embargo, esos fondos aún no se han tramitado en el Congreso, porque el acuerdo del Ejecutivo con el PLN, para estudiar los supuestos casos de persecución política en las entidades públicas, le está costando más caro de lo previsto.
El vocero de Zapote en el Congreso, Daniel Soley, intentó ayer, junto con el jefe de la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), Juan Luis Jiménez, que se aprobara el segundo Presupuesto Extraordinario del 2014, luego de hacer un par de ajustes en los gastos extra.
No obstante, los jefes del Frente Amplio, Gerardo Vargas, y del Movimiento Libertario, Otto Guevara, pararon en seco esa intención. A ellos se les unió Mario Redondo, legislador de la Alianza Demócrata Cristiana (ADC).
“El PLN duró varios días chantajeando al Gobierno y, ahora, quieren aparecer como los buenos de la película, apurando la votación del presupuesto extra”, dijo Gerardo Vargas.
Guevara comentó que las demás fracciones políticas no conocen lo negociado entre Zapote y el Poder Ejecutivo, por lo que no se sienten obligados a someterse a los pulsos para apurar la discusión del Presupuesto.
Según Jiménez Succar, su partido estaba dispuesto ayer a aprobar, de una sola vez, los dos presupuestos, el Extraordinario y el Ordinario del 2015 por ¢7,9 billones, que aún se discute.
Tras la negativa de Vargas y Guevara, Jiménez explicó que el primer debate al Presupuesto extra deberá esperar hasta la próxima semana.
El acuerdo. El acuerdo entre liberacionistas y el Ejecutivo implica la revisión por una comisión de los procesos administrativos en los ministerios en contra de funcionarios afines a Liberación.
A cambio, los verdiblancos se comprometieron a dar sus 18 votos para aprobar los ¢21.000 millones del Presupuesto Extraordinario para cerrar el año.
Mientras, la discusión del Presupuesto extra no avance en el plenario, recrudecen los reclamos entre oficialistas y liberacionistas por la presión que ejerció el PLN sobre el Gobierno.
Además, las discusiones no dejan de mezclarse entre los fondos para cerrar este año y el plan de gastos del próximo, donde los diputados aprobarían recortes por ¢97.000 millones que, según varios ministerios, reducen su capacidad de operación.
Ayer, al frente del Congreso, varios miembros de grupos culturales protestaron y pintaron las paredes legislativas con grafitis porque reclaman la reducción de los fondos para el Ministerio de Cultura. Ese presupuesto para el 2015, debe aprobarse antes del 30 de noviembre.