El Gobierno nombró a Karla Montero como nueva presidenta de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) en sustitución de Juan Manuel Quesada, quien fue trasladado a la presidencia del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Montero, de 47 años, se desempeñaba como gerenta general y gerenta de Innovación de Recope. Ahora, se convierte en la segunda mujer en ejercer la presidencia de esta empresa pública.
Según informó la Refinadora, la nueva jerarca acumula más de dos décadas de experiencia en regulación de servicios públicos y mercados energéticos.
Montero es máster en Economía de la Regulación por la Universidad de Costa Rica (UCR) y especialista en Derecho y Políticas de Competencia, Planificación Energética y Combustibles Limpios.
En su periodo como gerenta, se encargó de evaluar la ejecución de las operaciones empresariales y las resoluciones de la Junta Directiva.
“Recope desempeña un papel vital en la seguridad energética de Costa Rica. Me siento profundamente agradecida por la confianza depositada en mí para liderar esta empresa tan importante y estoy comprometida a seguir trabajando, para fortalecer y mejorar cada aspecto de nuestra operación”, expresó la funcionaria en un comunicado.
Antes de llegar a Recope, laboró por 16 años en la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), donde estuvo vinculada a labores de fijación y elaboración de metodologías tarifarías, así como a la creación de reglamentos.
En su paso por la Aresep, también fungió como asesora para la Junta Directiva, la Intendencia de Energía y la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica. Posteriormente, laboró con la empresa estadounidense de telecomunicaciones AT&T.
El pasado 30 de enero, el presidente Rodrigo Chaves anunció que Juan Manuel Quesada, entonces presidente de Recope, pasaría a tomar las riendas del AyA a raíz de la destitución de Alejandro Guillén Guardia.
La salida de Guillén ocurrió en medio de la emergencia provocada por la contaminación de agua en los cantones de Tibás, Goicoechea y Moravia, y los cuestionamientos por la lenta respuesta del Instituto.