Gobierno intenta apagar el incendio causado en el Congreso por diputada del PAC

Ministro de la Presidencia corrió ayer para salvar los lazos con el PLN

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

El Poder Ejecutivo corrió ayer para apagar el incendio generado por la diputada del PAC, Nidia Jiménez, quien el martes habló en el plenario sobre la existencia de filibusteros que “venden el país, evaden impuestos y suplantan la identidad de personas humildes”.

El discurso de la oficialista molestó a los legisladores liberacionistas, quienes abandonaron el salón de sesiones. Con ello, se dinamitaron los puentes de diálogo entre los verdiblancos y el Gobierno.

Melvin Jiménez, ministro de la Presidencia, fue de los primeros en llamar al orden a la legisladora, con el fin de que medite lo ocurrido y “tenga un comportamiento que contribuya a lo que quiere el presidente: vínculos y diálogos necesarios para sacar el país adelante”.

Jiménez dijo ayer en un pasillo del Congreso, ante cámaras y micrófonos de la prensa, que él mismo llamó a varios parlamentarios liberacionistas para decirles que “los puentes continúan”.

La avanzada oficialista para curar las heridas del PLN, bancada con más diputados en el Congreso (18), se completó con Víctor Morales Zapata, congresista de confianza del mandatario Solís; la jefa de la bancada, Emilia Molina y el presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora.

Morales explicó que su trabajo de operador político se intensificó, a partir de la escaramuza del martes en el plenario.

Añadió que el capítulo evidenció la falta de cohesión de argumentos del PAC y un alto nivel de sensibilidad, lo que impide construir confianzas.

Emilia Molina apuesta por sanar hoy las heridas, en la reunión de jefes de fracción del mediodía.

“Hay que reconstruir ese diálogo que queremos, a partir de ayer (...). No podemos olvidar que somos fracción de gobierno y tenemos que apoyar la tarea en el Congreso. A veces, tenemos que quedarnos callados”, afirmó Molina.

El presidente del Directorio, Henry Mora, reveló que el zafarrancho en el plenario generó hasta tres reuniones de la fracción oficialista, para analizar las consecuencias de las palabras de Nidia Jiménez.

Mora apuntó que la intervención de la legisladora fue “políticamente incorrecta” porque en nada ayudó a la concertación con Liberación Nacional.

Resentidos. Los miembros del PLN se reunieron ayer, antes de la sesión del plenario, para unificar criterios y definir una ruta de acción.

Aunque muy resentidos con Jiménez, tras sentirse aludidos por el calificativo de “filibusteros nacionales”, los liberacionistas aún no cierran del todo las puertas al diálogo con el oficialismo.

Karla Prendas, la subjefa del grupo, cree que si el tono de irrespeto del Gobierno sigue, no habrá diálogo entre las fracciones.

Según Rolando González, el mensaje de la diputada fue inoportuno, hiriente y abusivo, al usar las palabras del expresidente Juan Rafael Mora para “maltratar a un interlocutor del Gobierno”.

Antonio Álvarez Desanti dijo que el hecho enfrió los ánimos liberacionistas y pese a que aún dejan abierta la puerta del diálogo, apuntó que situaciones como la de Nidia Jiménez promueven un retroceso.

Con todo y el capítulo de tragicomedia legislativa, Nidia Jiménez insistió ayer en que ella no hizo alusión directa a ningún partido ni a presidente en particular.

La legisladora afirmó que su discurso fue “una pieza de oratoria” y que todos sus compañeros le deben respetar su autonomía para intervenir en el plenario.

Jiménez aseguró que el PLN hizo un “ show mediático” al salirse del plenario y añadió que el ministro de la Presidencia debe respetar su criterio, antes de censurarla.