Gerardo Vargas tiene a su nombre las propiedades que su padre le heredó a su familia y por las que hoy paga impuestos bajos. El diputado reconoció que cancela muy poco, pero adujo que está al día con sus obligaciones municipales. Este es un extracto de la entrevista.
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Tiene a su nombre 15 propiedades en Turrialba, con un valor promedio de ¢38 por metro cuadrado, ¿por qué?
Esa propiedad es de mi familia desde hace 60 años. Hace 12 o 13 años, mi mamá nos pidió que arregláramos el asunto de la tierra, que nunca se había hecho. Es una sola propiedad a mi nombre, porque yo soy el menor. Los trámites son sumamente lentos. El año pasado, terminan los trámites, que duraron 10 años.
¿Por qué el valor tan bajo?
El abogado me dijo que cuando es herencia, se le pone un valor simbólico. Ese es el tema de las ocho propiedades de ¢100. Pero ese no es el valor real, el valor real es el que se tiene que declarar ahora, cuando se haga el trámite en la Municipalidad.
¿En qué momento pasaron a nombre suyo esas tierras?
Había unas que se podían hacer de manera directa y otras por información posesoria, y unas tierras en que había que hacer planos.
¿Tienen actividad productiva en esa propiedad?
No, son potreros. Hay cuatro vacas y dos terneros, si todavía están vivos. Son cuatro vacas que mi hermano ordeña.
¿Quiénes viven ahí?
Vive mi mamá, mi hermano, una hermana y dos sobrinos.
¿Cuánto paga de impuestos municipales por esa finca?
El monto exacto no lo recuerdo. Yo fui en enero a pagar y pagué todo el año completo, para mí es más fácil. No preciso el monto exacto.
Un aproximado.
Es un monto bajo, se paga sobre el valor que ahorita tienen las propiedades. Cuando se haga la declaración real, lógicamente, el monto va a subir. El monto que se pagó fue bajo.
¿En qué momento fue a la Municipalidad?
En enero. Lo que se me dijo es que la hoja de ubicación de lotes, de catastro, estaba muy desactualizada, en proceso de actualización y que ellos me avisarían para hacer la declaración.
¿Por qué no fue antes?
Estaba esperando que salieran unas escrituras, para llevar el paquete completo.
¿Para cuándo salían esas escrituras?
Estaba una o dos, en proceso.
¿Cuál cree usted que es el precio real de la propiedad?
En los datos que yo le di a la Contraloría, sumando todas las hectáreas y por el valor que le dimos, el precio que suma es alrededor de ¢84 millones.
Ese es el monto que tendría que reportar a la Municipalidad.
Yo ignoro cuál es el mecanismo que va a utilizar la Municipalidad para ponerles valor a esas propiedades.
¿Solamente una vez ha ido a arreglar esto?
Sí, solamente en enero.
Usted dijo a otro medio que algunos lotes no tenían planos, pero en el Registro Nacional todas tienen plano.
Tienen planos en el momento en que nosotros se los hicimos.
¿Desde hace cuántos años?
Algunos de ellos, cuando empezamos el proceso sucesorio.
Entonces, no es lógico que sigan manteniendo ese valor...
Por supuesto. Ahora hay que darles el valor real.
El exministro de Hacienda Fernando Herrero renunció por un caso similar. Él también impulsaba el alza en los impuestos. ¿No debería usted renunciar?
Estas tierras estaban en un proceso de formalización. Una vez listo, había que ir a la Municipalidad para hacer el pago. Le repito que en enero pagué todos los impuestos de este año. Yo no debo un cinco a la Municipalidad. Al hacer la actualización, tendré que pagar los impuestos que a partir de ahí me cobren.
Pero usted está pagando impuestos sobre valores muy por debajo de lo que debería pagar.
Los valores que en ese momento estaban. En enero tendré que pagar los valores que me cobren a partir de la declaración, que ahora tengo que hacer.
¿No hay contradicción entre discurso y práctica?
No hay contradicción, porque pagué mis impuestos de acuerdo con lo que la Municipalidad en este momento tiene.
¿Sigo con la duda de por qué en enero y no antes? ¿Temía ahora a los cuestionamientos, siendo diputado?
No, no le tengo miedo a los cuestionamientos. Nunca me dio miedo, ni de candidato. Esa tierra no me la robé, yo no la compré, la compró mi papá hace 60 años, murió trabajando para pagarla, mi mamá dio su vida trabajando para pagarla. Es una tierra sagrada, por la cual mi papá y mi mamá trabajaron para tenerla y dejarla a mi familia.