Usted fue candidato presidencial del Frente Amplio en el 2010. ¿Su relación con el Partido tuvo algo que ver con su nombramiento?
Yo agradezco mucho al señor presidente su voto de confianza y el honor que me hace al designarme como embajador en la República de Honduras. Yo guardo una buena amistad con el señor presidente. Como académicos, nos conocemos desde hace mucho tiempo, y hemos compartido mesas redondas en las que hemos participado. Él conoce muy bien toda la labor que he desarrollado en favor de los procesos de integración centroamericana y, ahí, es donde nace este ofrecimiento.
¿Sigue militando en el FA?
No, no. Yo he estado alejado un poco de la vida política en los últimos años. He estado asimilando los conocimientos y experiencias adquiridas durante los años anteriores.
¿Desde que fue candidato no se volvió a meter en política?
Le doy seguimiento a la labor que se desarrolla en la vida política, a las distintas agrupaciones y a la actualidad, desde que tuve la participación en el movimiento patriótico del ‘No al TLC’ y la búsqueda de una coalición electoral, que por distintas razones, no logró culminar satisfactoriamente.
La embajada en Honduras fue un acuerdo con el presidente.
El destino fue producto de una valoración con mi familia. El señor presidente me presentó otros países de destino y después de una reunión familiar, lo escogí. No es importante donde se viva, sino donde se lucha y voy a darle seguimiento y fortalecer los vínculos de cooperación entre las dos naciones. Recuérdese que durante mi gestión de rector del Instituto Tecnológico fui presidente del Consejo Rector de Universidades Centroamericanas.
¿Cuándo parte a Honduras?
Debo esperar al nombramiento del Consejo de Gobierno y la licencia del TEC.