Equipo de abogados detrás del fallo de La Haya centró defensa en laudos del siglo XIX

Cuatro ticos, un australiano y un argentino lograron victoria en La Haya

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

A la par del reconocimiento pleno de la soberanía tica sobre isla Portillos, el equipo de abogados que condujo la demanda contra Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, se fijó otro objetivo central: que los magistrados también salvaguardaran los laudos Cleveland y Alexander.

Esos veredictos fijaron, en el siglo XIX, la frontera entre las dos naciones.

Esa también fue una victoria. Quizás más oculta entre líneas, sin figurar explícitamente en ningún fallo y que pocos lograron percibir.

Así lo contó Sergio Ugalde, embajador en Holanda y uno de los abogados que llevó el diferendo limítrofe a buen puerto, cuando, este miércoles, la CIJ resolvió a favor de Costa Rica.

‘Guerra’ limítrofe. El equipo de Ugalde, Arnoldo Brenes, Édgar Ugalde, el abogado argentino Marcelo Kohen y el jurista australiano James Crawford –que se retiró después, pero fue vital al establecer la estrategia por seguir, según sus excompañeros–, buscaba que la vigencia de esos laudos prevaleciera a toda costa.

“Si Nicaragua nos hubiera vencido con su argumento de que los laudos estaban sujetos a interpretación, habríamos tenido problemas, porque hubieran cuestionado toda la frontera y el conflicto nunca habría terminado”, explicó Sergio Ugalde.

El hecho va más allá de ser una anécdota de las tantas vividas por el grupo durante los cinco años del litigio, desde que, en octubre del 2010, Nicaragua invadiera isla Portillos aprovechándose del dragado del San Juan.

Según el embajador, la búsqueda de la ratificación de los laudos estuvo en conocimiento del excanciller Enrique Castillo, durante el gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014), y de su sucesor, Manuel González.

“Por razones obvias, no podíamos revelar este punto de la estrategia. Pero, al ratificar los laudos, la Corte dio por zanjado el conflicto fronterizo. La validez de esos instrumentos nos hace pensar que, después del fallo, Nicaragua no sentirá motivación alguna para cuestionarlos de nuevo”, enfatizó.

Un juego desigual. Si algo tenía claro el abogado de la Cancillería, Arnoldo Brenes, era que el grupo debía actuar con inteligencia y sigilo, porque, en su criterio, la contraparte nicaragüense nunca jugó con transparencia.

“El Gobierno y el equipo nicaragüense distorsionan, inventan. No hay otra forma de decirlo. Inventan cosas y es frustrante y molesto litigar con un contrincante así”, señaló Brenes este jueves durante su escala en Estados Unidos, rumbo a Costa Rica.

Él y Sergio Ugalde coincidieron en que, en los cinco años que duró el proceso, el grupo vivió en constante tensión, sin un momento de respiro.

También, en que el pico de estrés lo tuvieron cuando Nicaragua demandó a Costa Rica por la construcción de la ruta fronteriza llamada 1856, mejor conocida como la trocha.

---

El veterano del equipo que representó a Costa Rica en la CIJ, el diplomático y exvicecanciller, Édgar Ugalde, agente en La Haya, agregó que la situación se teñía de desilusión a ratos, debido a la estrategia nica de retrasar los casos para reunir el conflicto por Calero con el de la trocha, en busca de un fallo más favorable.

“No es que nosotros seamos una saeta, pero la concepción del tiempo en la vida de Nicaragua es distinta a la nuestra, para ellos todo marcha más lento”, apuntó.

Perspectivas. Pese a las diferencias históricas entre ambos pueblos, Édgar Ugalde, quien ha enfrentado casos contra Nicaragua en la CIJ desde 1986, opina que el país no puede abandonar los esfuerzos por encontrar entendimientos con su vecino del norte.

En cuanto a su futuro, el diplomático, quien se mantuvo ad honorem en la delegación de La Haya, piensa gozar de un retiro. No obstante, reconoció que tiene la impresión de que verá más conflictos con Nicaragua.

En el caso de sus compañeros, Arnoldo Brenes, seguirá su labor en la Cancillería para la etapa de negociación con Managua por el pago de la indemnización por el daño causado en isla Portillos.

Sergio Ugalde se mantendrá como embajador en Holanda “hasta que el presidente y el canciller lo deseen”.

Marcelo Kohen seguirá partiendo su vida entre cátedras en Buenos Aires y Ginebra (Suiza).

Sobre Crawford, tras defender a Costa Rica, el australiano fue nombrado este año juez de la CIJ.

Él permanecerá en La Haya, ciudad desde la que un grupo de ticos afirma que no busca reconocimiento, pese a haber ganado una importante partida.