Embajadora tica en Ginebra: ‘Funcionarios (de Cancillería) hacen uso indebido de información para propósitos políticos'

Elayne Whyte afirma que el informe sobre clima organizacional en la misión diplomática que ella dirige le generó un fuerte impacto y cuestiona que la psicóloga del Ministerio de Cultura, que hizo el estudio en tres días, emitiera criterios jurídicos

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La embajadora Elayne Whyte dejará la misión diplomática costarricense en Ginebra, a finales de febrero. La Cancillería anunció su salida luego de que se conocieran cuestionamientos sobre el clima laboral en su embajada.

Sin embargo, la funcionaria cuestiona fuertemente la filtración de ese documento en una institución que puede, eventualmente, manejar secretos de Estado y critica la forma en que se le envió una empleada del Ministerio de Cultura para hacer un estudio en tres días, sin conocimiento de la labor diplomática multilateral.

A continuación la entrevista sostenida esta tarde con La Nación.

¿Por qué no pidió la rotación del cargo cuando cumplió los cuatro años, en octubre del 2018?

-En muchos países se usa que el embajador, cuando hay cambio de administración, pone a disposición su cargo. Busqué una reunión personal y me puse a disposición.

¿Con el canciller o con el presidente?

-Con el canciller. Lo hice con doña Epsy (Campbell) y también con don Manuel (Ventura). Conversé con la canciller entrante y ella me dijo que tenía un montón de cosas que quería hacer.

¿En mayo del 2018?

-Yo lo hice en mayo del 2018. Cuando ella entró, prácticamente, a la semana siguiente del cambio de administración. Ella me dijo que pensó varios temas que le interesaban en materia de derechos humanos. Yo le hice un reporte de lo que se estaba trabajando. Ella me dio mandatos claros.

“No me pidieron rotar, había una propuesta de temas por lograr y tenía un mandato. Yo lo completé. Cuando hubo cambio de canciller, tuve la oportunidad de hacer esa consulta de nuevo. Habíamos hablado de la rotación, en octubre del 2019, pero dijeron que yo tenía que quedarme hasta la visita del presidente”.

Usted presenta la renuncia el 19 de diciembre y el Consejo de Gobierno la aprueba el 20. ¿Considera oportuno que no se hubiera informado desde ese día, sino hasta después de que se difunde un informe de clima organizacional?

-Qué desafortunada coincidencia. Muy desafortunada. Me genera impacto y perjuicio en mi prestigio profesional.

Cuando usted renuncia y el Gobierno la aprueba ya se sabía que había un informe. ¿No se tenía presupuestado que hubiera una filtración en cualquier momento?

-Yo pregunto, me mandan un correo, y lo primero que digo es que voy a hacer observaciones y pregunto cuál es mi plazo para responder, cuál es el marco jurídico que aplica, cuál es la información, la documentación para entender qué se solicitó y el contenido.

“Tal vez mi pecado fue ser muy institucional. Estábamos ocupados con la visita del jefe de Estado, pero yo también tengo que defenderme. El informe me generó hondas interrogantes jurídicas, de método, técnicas. Me dijeron que no me preocupara, que era un documento, no es un acto propio de la administración”.

No es un informe de un órgano director, por ejemplo.

-Ni de la auditoría, es un documento que luego tiene que valorar el jerarca (el canciller) y, una vez que lo valora, se decide qué hacer. Lo que yo hice cuando leí el informe fue preparar toda la fundamentación.

¿En esta conversación que había mantenido de previo con el canciller se determina que usted renunciaría el 19 de diciembre, el día que el presidente terminaba la gira?

-Presentarlo así me daba la posibilidad de manejar mis tiempos de acuerdo con las necesidades para hacer el cierre. Entonces, ya regresaba en enero a hacer ese cierre. Incluso, me permitía tener -porque me lo había pedido la agencia inmobiliaria- la prueba de que yo me iba a ir del país, pues en Ginebra es así. Así que yo había pedido una nota de Cancillería y me dijeron que no podían dármela si no había acuerdo del Consejo de Gobierno. Con ese acuerdo, yo podía actuar con mucha más rapidez.

¿Usted le solicitó al canciller que presentara la denuncia ante el OIJ por esta filtración del informe?

-No, no, no, jamás. Yo no le solicité nada. Fue la Cancillería. Lo que sí es cierto es que una institución debe tener la capacidad para ejercer las funciones que le son propias. Eso incluye la necesidad de que pueda resguardar la información para que sea utilizada apropiadamente.

"Sí es cierto el hecho de que la instancia no pudo garantizar, ya la propia Cancillería lo manifestó, el resguardo de esa información. Eso terminó vulnerando derechos procedimentales, del debido proceso, pero también vulneró unos derechos fundamentales, como el derecho a la presunción de inocencia y a la legítima defensa.

"Eso ha conllevado a un daño muy grande para mí. Hay una debilidad institucional, que no puede garantizar eso y termina en esta desafortunada situación, donde se genera, prácticamente, un juicio mediático, a una persona sobre la base de un documento donde hay aseveraciones temerarias.

“¿Dónde está la prueba? Es muy fácil decir cualquier cosa, cuando usted no tiene que poner el nombre. Como yo sé que eso no es cierto, me voy a defender”.

¿Cuál fue su primera reacción al ver estas publicaciones en diario Extra y Crhoy, cuando vio todo el informe publicado?

-Desde el punto de vista del factor humano, una gran indignación y un sentido de injusticia. Es una injusticia que se está cometiendo conmigo y una gran indignación por esas debilidades institucionales que impiden resguardar en un marco de tiempo para completar el proceso.

"Todos los funcionarios públicos y, sobre todo cuando estamos en este nivel de responsabilidad política, sabemos que estamos absolutamente comprometidos y cubiertos por el sistema de rendición de cuentas del Estado. Eso está claro y no es el tema.

"Eso es parte del sentimiento, cuando veo toda la información, logro identificar las valoraciones equivocadas, lo mismo que aseveraciones temerarias que, prácticamente, podrían incluso caer en otra figura.

“Se acusa a dos personas de hacer una cosa que luego el estudio dice que no lo comprueba, pero lo mete ahí y después me da una recomendación a mí, como jefa de misión, donde dice que no entre a las computadoras sin autorización”.

Aparte de la sensación personal, ¿cuáles son sus valoraciones laborales o políticas?

-Un aparato institucional para el servicio exterior, donde se maneja información que puede ser hasta secreto de Estado, no tiene capacidad para resguardar información. Eso es una profunda preocupación profesional, institucional.

"Además, viene a sumarse esta filtración a una dinámica que existe de funcionarios que están allí. Sabemos, porque es público, que se ha estado generando un ambiente de falta de confianza por estas situaciones y se ha convertido en una cultura institucional. Las fugas de información de esta naturaleza denotan deslealtad.

"Los funcionarios hacen uso indebido de información para propósitos políticos, de ubicación, de definición de ciertos cargos o afectación de unas personas u otras. Al final, eso termina afectando la potestad del Ejecutivo de hacer la gestión de la carrera diplomática.

“No hay un ambiente saludable para que las personas puedan hacer discusión, análisis de los temas sobre la problemática de la institución, a partir de un diálogo abierto, en un marco de confianza. Pero perjudicar a una persona para objetivos políticos, haciendo uso de información institucional, es un síntoma muy grave en una institución”.

¿Cuántos años lleva en Cancillería?

-Entré en 1998. En mi vida profesional nunca he tenido procesos, nunca, nunca.

¿Usted como jefa de la misión tenía o hacía evaluación del personal a su cargo?

-Claro, todos los años se hace. A todo el personal. Se firma y tiene un método. Uno hace esa evaluación, llama al funcionario y la discutimos. El funcionario tiene que firmar si está de acuerdo o no y luego eso se envía. Por supuesto, se hacen evaluaciones todos los años y ha habido un nivel importante de satisfacción.

¿Por qué se elige a esta misión en específico, la que usted dirige en Ginebra, para enviar estos funcionarios del Ministerio de Cultura? ¿Ambos eran psicólogos?

-No, solo fue una persona. Eso a mí me parece súper irregular.

El informe está firmado por dos personas.

-Una persona fue y estuvo tres días. Fue una psicóloga. La otra persona que firma no sé. Allí solo hubo una.

¿Por qué cree que eligieron esta misión?

-Dice que por el ambiente generado alrededor del despido o la terminación de la relación laboral de una administrativa, vino la auditoría institucional y recopiló criterios, percibió que había algo, pero no sé qué percibió.

"Entiendo que fue desde ese momento, un tema vinculado a la terminación de una relación laboral de una administrativa que, además, fue una instrucción directa de la Cancillería, después de un proceso de estudio.

¿Hay recomendaciones en el informe, debió haberlas?

-Se supone que un estudio de clima laboral no es punitivo, sino un instrumento gerencial para potenciar a los equipos humanos y determinar las áreas de mejora. Se supone que termina con un plan para remediar lo que se encontró. Este informe no tiene eso, ningún plan remedial.

"En lo institucional, me parece muy serio cómo una institución tiene esa debilidad, de tal manera que no tiene la posibilidad siquiera de acometer esa función de hacer un estudio de clima laboral u otra herramienta, que no tenga la capacidad de aplicar herramientas gerenciales y medir cómo está el funcionamiento de todas las sedes diplomáticas, son 50 y solo en Ginebra se hizo.

“Además, se hace de manera desinformada y es curioso que dos psicólogos hagan afirmaciones sobre legislación, que hagan un análisis jurídico de la situación”.

¿Emiten criterios jurídicos?

-Es muy curioso que dos psicólogos emitan criterios jurídicos y los pongan por escrito en un informe, cuando son psicólogos. Pero además son valoraciones equivocadas.

¿En qué sentido?

-Porque la documentación es muy clara. Por ejemplo, en el tema de las contrataciones del personal local, es personal que está absolutamente enmarcado en la legislación del país sede y el informe, además de que emite criterios jurídicos, son equivocados, porque hace un análisis con respecto a la legislación costarricense que no aplica, por disposición de la Cancillería expresa, y por contrato así asesorado por los abogados ginebrinos.

¿Ha habido un manejo inadecuado del informe?

-Primero, hay partes que son falsas y equivocadas, que incluso contradicen no solo la normativa del servicio exterior, sino también la normativa y las directrices de la Dirección del Servicio Exterior. La Cancillería no aclara; es decir, si esto sucedió es porque la Cancillería no aportó suficiente información con respecto a cuál es el marco que rige lo que ellos tenían que ir a estudiar.

"Luego, creo que no había claridad de qué iba a pasar con el informe, a mí no me definieron con claridad, ni me definieron por escrito, ni los tiempos, ni cuál era el proceso o la etapa que seguía.

“Esto ha terminado generando una situación que expone las debilidades institucionales de la propia Cancillería y ni qué decir del daño y del impacto moral con respecto a la jefa de misión, sobre la cual se emiten aseveraciones temerarias que no fueron comprobadas y el informe no comprueba”.

Usted dice que es falso que usara el chofer para asuntos personales, pero ¿qué causa que en el informe se afirme eso?

-Todo lo que dice aquí (en el informe) son declaraciones, alguien dijo estas cosas, un funcionario que pudo haberme preguntado, mire embajadora, usted cree tal cosa. Ahí es donde usted ve la mala fe y pone en tela de duda cuál es la fe o quiénes son las personas con las que usted trabaja.

¿A qué se debe que la gente entrevistada haya hablado de clima desfavorable, hostil y hasta violento en la embajada?

-Normalmente, un estudio de esta naturaleza tendría que decir cuántas personas, no quién, sino cuántas. Aquí es absolutamente indeterminado, si es una persona o si somos todos los seis. A mí también me entrevistaron y en ningún lado se refleja lo que yo manifesté.

"Si todos los seis nos sentimos que tenemos vulneración o todos sentimos que estamos trabajando demasiado. Imagínese que la auditoría recomendó que había que poner un funcionario adicional por las cargas de trabajo y ya salió a concurso. El estudio no dice quiénes ni cuántos. No puedo saber si hay una persona que se sienta estresada por la carga de trabajo, si es uno o seis.

“Todos estamos estresados, porque trabajamos más de 10 horas todos los días, pero eso es así por disponibilidad y ni nos pagan horas extra ni nos reponen. Usted lo que ve aquí es una escogencia de aseveraciones que, evidentemente, están enfocadas, todo el documento, en generar un mal ambiente a una persona. No hay ninguna valoración positiva y eso no es la característica de un estudio de esta naturaleza”.

Se habla en el informe de abuso de poder de parte de la jefatura, en cuanto a trato, funciones, aprobación de vacaciones y contratos de trabajo.

-Es muy importante entender que, a pesar de que somos 50 delegaciones y estamos en todo el mundo, la gestión es centralizada. O sea, yo no puedo firmar un contrato sin autorización. Yo no puedo definir cuándo firmo un contrato y hay mucho atraso, eso es parte de ese sentimiento que tenemos todos los jefes de misión, que es un área que se debe mejorar. Hay un proceso muy lento, todo se tiene que aprobar ex ante.

Funciones, aprobación de vacaciones, trato del personal. Dice que hay abuso de poder de parte de la jefatura.

-Es que qué quiere decir abuso de poder, en el informe no lo dice. Por eso es súper serio y delicado que una Cancillería, una institución que tiene en sus manos la representación internacional del país y la defensa de la soberanía le pida a otra institución, que no tiene el conocimiento, hacer un documento de esta naturaleza, con un efecto absolutamente pernicioso.

El informe dice que no se comprueba un acceso irregular a computadoras o correos electrónicos de otras personas, pero se hace una advertencia de que hacer eso sin autorización es una violación al derecho de privacidad.

-Las inconsistencias del informe son muy serias. Por qué usted querría poner algo que no comprobó en el estudio, si no es porque hay una intención de generar un clima negativo o una imagen negativa con respecto a la persona. No hay ninguna razón para hacer eso, ninguna.

¿Cree que haya una razón relacionada con su origen partidario, en todo esto?

-Sí, efectivamente. Yo opto por pensar que este ha sido un desafortunado manejo y opto por no creer las voces que me han indicado que esto tiene una motivación política, porque alguien tenía interés en este cargo o porque alguien consideraba que ya estuve suficientes años allí.

“Opto por creer, porque no quisiera pensar que todo esto se ha construido con una motivación política porque deje el cargo y que lo deje de esta manera”.