Ofelia Taitelbaum bien podría mirar hacia el horizonte y ver en él más aridez que tierra fértil.
Quiere ser defensora, otra vez. Necesita solo 29 votos, pero hay diputados que podrían cobrarle sus posiciones en discusiones como la fecundación in vitro, la unión gay y la atención de la población con discapacidad.
Los legisladores, en cambio, podrían ver ese puesto en la Defensoría de los Habitantes como terreno fértil. Sandra Pizsk y la propia Taitelbaum cosecharon el camino al puesto desde una curul. Rodrigo Carazo y José Manuel Echandi hicieron el camino al revés, de la defensoría pasaron a la política parlamentaria.
Nombres como el de Víctor Emilio Granados, expresidente de la Asamblea Legislativa, se han mencionado entre los candidatos al puesto.
El Plenario deberá nombrar a mediados de diciembre, cuando se le venza el plazo a Taitelbaum, quien ha reconocido en las caras de diputados y políticos en general el disgusto por acciones suyas en temas como la Caja Costarricense de Seguro Social y la atención de los adultos mayores.
Rita Chaves, jefa del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), cree que es temprano y se deben considerar todos los nombres de los aspirantes.
Esta legisladora sí cree que Taitelbaum ha quedado debiendo, sobre todo en atención de las personas con discapacidad.
Chaves niega que ella misma aspire por el puesto, aunque haya tomado la bandera de los proyectos sociales en el Congreso.
Justo Orozco, diputado de Renovación Costarricense, no votará por Taitelbaum. “No me representa, ella no defiende a las personas normales, a los heterosexuales”, dijo el diputado.
Carlos Avendaño, de Restauración Nacional, cree que primero hay que analizarlo, y que a pesar de sus posiciones divergentes, le reconoce como una persona “seria, ejecutiva, muy comprometida con el trabajo inherente a la Defensoría”.
Manrique Oviedo cree que declaraciones de Taitelbaum sobre aceptar una vicepresidencia con Johnny Araya la deslegitiman para seguir en el cargo.