'El Gobierno perdió tiempo precioso y mandó señales contradictorias', dice director del Estado de la Nación

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"Yo creo que sí, fue un error bien importante, fue un error no forzado, pero el Gobierno perdió tiempo precioso. Pero, además, en el primer año mandó señales muy contradictorias, como por ejemplo que las autoridades políticas afirmaran que el problema no era tan importante. Incluso, dieron un primer ajuste salarial en el 2014 en el segundo semestre muy dispendioso, que generó una señal que causó desconcierto. Ya ahora no podría impulsar la reforma, el gobierno se auto maniató", concluyó.

Así respondió Jorge Vargas Cullel, director del Estado de la Nación, cuando se le preguntó si el presidente Luis Guillermo Solís cometió un error al postergar el debate sobre el faltante de dinero en el erario hasta finalizar el segundo año de su administración.

En campaña, Solís dijo que se tomaría los dos primeros años de gobierno para decidir si se ameritaba una reforma fiscal, pero luego tuvo que adelantar sus propuestas para subir impuestos y mejorar la recaudación.

"Lo que es claro es que el próximo Gobierno no se va a poder dar el lujo que se dio este de decir que, durante los dos primeros años, no va a plantear ninguna alternativa para solucionar el déficit fiscal", dijo Vargas.

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En febrero del 2014, antes de ser presidente, Solís dijo que el problema del déficit es grave y que todas las alarmas están encendidas, “pero no estamos al borde de un precipicio, del cual, no podemos salir nunca”.

Ya para enero del 2016, en cambio, hablaba de que el país está en "alerta roja" y en una "emergencia fiscal" que podría traer graves consecuencias sobre las tasas de interés que cobran los bancos, por ejemplo.

El año pasado el Estado de la Nación auspició un proceso de diálogo entre economistas de diverso pensamiento ideológico y proveniencia partidista. La intención era que, entre todos, lograran buscar un consenso sobre una reforma tributaria integral para planteársela al Poder Ejecutivo, como una alternativa para solucionar el problema.

Al final, el consenso no fue posible entre los participantes. Aun así, cuatro economistas sí firmaron una propuesta. Ellos fueron el exministro de Hacienda, Edgar Ayales; la excontralora general, Rocío Aguilar; el exdirector del Estado de la Nación, Miguel Gutiérrez; y la académica de la Universidad Nacional, Roxana Morales. Sin embargo, el texto no se hizo público.

Según Jorge Vargas, de ese proceso de diálogo se puede rescatar todavía que la reforma fiscal se aborde desde tres ámbitos: el aumento en la recaudación de impuestos, el control del gasto público y la gobernanza fiscal, es decir, desde políticas planeadas por el Gobierno.

De igual manera, cree que es rescatable el diseño de la negociación de la reforma que plantearon los expertos, con énfasis en la gradualidad en el abordaje de los temas, así como las condiciones facilitadoras que plantearon para que repunten los ingresos del fisco a través de la reactivación económica y de un viraje en el estilo de desarrollo, en el que los sectores más dinámicos de la economía (el de servicios es uno de ellos) queden gravados por los nuevos tributos.

A la fecha no hay noticias de que el Poder Ejecutivo aceptara para su estudio el fruto del análisis que realizaron Ayales, Montoya, Aguilar y Morales.