Diez diputados sueñan con la Presidencia de la República

Tres repiten en sus intenciones electorales, mientras que siete se lanzarían a la disputa por primera vez; se podrían entorpecer labores en el Congreso por disputas entre partidos políticos

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La posibilidad de estar en una curul tres horas por día y cuatro veces a la semana; tomar el micrófono para dar prolongados discursos, señalar a ministros, criticar a funcionarios y tener el poder de criticar a todo el Gobierno debe causar que los diputados se sientan tan especiales que les den ganas de disputar la Presidencia de la República.

Esos sueños con la oficina de Zapote ya están germinando en las mentes de diez legisladores (un 18% de los congresistas y casi un quinto del plenario).

Tres de ellos ya han pasado por ahí, por una candidatura o precandidatura presidencial; en todos esos casos fracasaron en sus intentos.

Se trata del liberacionista Antonio Álvarez Desanti, el libertario Otto Guevara y la oficialista Epsy Campbell.

Álvarez pugnó en el 2006 por la silla presidencial con un partido creado para tal efecto: Unión Para el Cambio. Guevara ya ha sido candidato cuatro veces (2002, 2006, 2010 y 2014) y analizará, con su familia, este fin de año, si confirma una quinta aspiración electoral.

Campbell está pensándolo y lo decidirá conforme se termina el año, por cuanto ese fue el plazo que se impuso para definirse.

Los siete novatos en la lid presidencial son Rolando González, del PLN; Edgardo Araya, del Frente Amplio; Rafael Ortiz, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); Natalia Díaz, del Movimiento Libertario; Mario Redondo, de la Alianza Demócrata Cristiana; Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, y Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense.

A finales del primer semestre del 2017 se decidirá quiénes de ellos podrán acceder a la ronda final de la lucha electoral.

Congreso lento

Si ya de por sí en un año preelectoral la Asamblea Legislativa funciona apenas a tropezones, con tantas postulaciones podría ser, incluso, peor el devenir legislativo.

Así lo consideran varios, entre ellos, Natalia Díaz, cuya fracción tendría el 66% de su conformación dedicada a aspiraciones electorales si Guevara se decide.

Ella dice que, de todas formas, se afecta, pero que está consciente de que la eligieron para ser diputada y lo será hasta el último día de abril del 2018, pase lo que pase con la candidatura del ML.

Otros prefieren no pensar en que el trabajo legislativo se deteriore, sino que consideran que tanta aspiración más bien debería generar una mejor labor.

“Yo creo que eso debe mejorar el trabajo legislativo, porque los diputados que aspiramos a ser presidente de Costa Rica tenemos que preocuparnos porque esta Asamblea sea muy productiva ahora para recibir un mejor país en mayo del 2018”, consideró Álvarez.

Esquivel está en proceso de consolidar su aspiración una vez que se conforme la nueva asamblea nacional de Renovación Costarricense (la actual lo suspendió del partido). Él dice que muchos de los planes del último año legislativo quedarán en el fólder que abrirá la nueva administración.

El gusanillo político

Según Alvarado, una candidatura en su partido, Restauración Nacional, no tiene origen en aspiraciones personales, precisamente, sino en la posibilidad de liderar la campaña de candidaturas legislativas, con el objetivo de aumentar las curules cristianas.

“Nace de personas del partido que consideran que, al ser yo la persona más visible del partido en estos dos años, podría tratar de impulsar un crecimiento de la participación en la Asamblea”, detalló el congresista.

Esa es, precisamente, parte de la razón para que nazca el gusanillo político en los diputados, su visibilidad y sentir que la gente valida sus ideas sobre el Gobierno.

Campbell explicó que pasar todo el tiempo en un espacio político lleno de debates le hace considerar a la gente que puede tener una claridad particular para ejercer ciertas acciones desde el Poder Ejecutivo.