Ministro de Hacienda: ‘El crujir de dientes se lo va a llevar la gente’

Nogui Acosta expone que el dinero para pagar deuda aumenta en casi ¢750.000 millones y que este rubro consume el 47% del Presupuesto 2023; Gobierno también previó más dinero por duda sobre pago de anualidades

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La deuda pública consumió el crecimiento del Presupuesto Nacional del 2023. Para el próximo año, el plan de gastos del Gobierno Central aumentará en casi ¢750.000 millones, al tiempo que los rubros destinados a amortizar la deuda y pagar sus intereses crecen en ¢746.270 millones.

Este jueves, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, presentó a los diputados el Presupuesto del próximo año por un monto total de ¢12.266.817 millones (¢12,26 billones), lo que implica un crecimiento del 6,5% en comparación con el 2022.

En el nuevo plan de gastos, un 47% del total está previsto para pagar las obligaciones del endeudamiento público. El porcentaje creció significativamente, pues este 2022 la cifra fue de un 43,6%.

En términos nominales, el servicio de la deuda pasa de ¢5 billones a más de ¢5,7 billones.

El rubro que más crece es el de amortización, es decir, la devolución a los acreedores del dinero prestado años atrás, cuando ellos invirtieron en bonos del Gobierno de Costa Rica.

Esa partida pasa de ¢2,78 billones a ¢3,26 billones, para un crecimiento del 17% con respecto al plan en ejecución este año.

En tanto, la partida para el pago de los intereses a los acreedores se incrementa en un 11,6%. Sube de ¢2,24 billones a ¢2,50 billones.

En cuanto a las demás partidas del Presupuesto, crece en un 0,7% el rubro de salarios y en un 4,8% el de transferencias de capital (para obras y equipamiento).

Mientras tanto, decrecen las transferencias corrientes, servicios, bienes duraderos y materiales y suministros.

Las transferencias corrientes son aportes a otras instituciones para que paguen salarios, servicios e intereses. Ese rubro también incluye el pago de pensiones.

‘El crujir de dientes se lo va a llevar la gente’

“En este momento se necesita alguien que dé un respiro, pero no hay forma de que los diputados entiendan eso, pero el crujir de dientes se lo va a llevar la gente, con los incrementos de las tasas de interés”, dijo Acosta.

El ministro añadió que él ya no sabe cómo explicarles a los diputados que esas amortizaciones del 2023 se volverán a repetir en el 2024, porque el gobierno anterior se endeudó a muy corto plazo.

“Cada vez vamos a tener menos espacio para generar más gasto”, dijo Acosta. “Significa hacer más con los mismos recursos o con menos, incluso. No crece el gasto corriente ni el gasto de capital”.

En cuanto al financiamiento del Presupuesto, se prevén ingresos por impuestos y de otras fuentes, como multas, por ¢7,25 billones, mientras que los ¢5,05 billones restantes se captarían mediante endeudamiento.

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Desglose del Presupuesto

Después del servicio de la deuda, que consume un 47% del plan de gastos, un 23% se destina a transferencias corrientes, un 23% al pago de salarios, un 2% a transferencias de capital y el 5% se reparte entre bienes duraderos (obras), servicios y suministros.

“La deuda sigue siendo el rubro más importante. El reto es cómo cambiamos eso”, afirmó el ministro de Hacienda.

Acosta recordó que, el próximo 26 de enero, el Gobierno debe pagar $1.000 millones (¢670.000 millones) solo en vencimientos de eurobonos colocados años atrás, por lo cual insiste en que el Congreso autorice la colocación de una nueva emisión de eurobonos por $6.000 millones en el mercado internacional, para pagar esos vencimientos.

Disputa por anualidades en salarios

La partida de remuneraciones crece en un 0,7%, pese a que la regla fiscal tiene congelados los salarios.

El ministro Acosta dijo que ello se debe a que se incluyeron partidas para el pago de las anualidades que por dos años estuvieron congeladas, pero que esta vez están obligados a incluirlas, aunque está pendiente determinar si se deberán pagar o no.

Acosta aclaró que está por aclararse, a través del Ministerio de Planificación o de la Procuraduría General de la República, si tienen que pagarse las anualidades de los años 2021 y 2022 que fueron congeladas por ley a raíz de la pandemia.

Para materiales y suministros, las partidas del Presupuesto Ordinario decrecen en un 1%, pese a que la inflación alcanzó, a julio de este año, el 11,5% con respecto al mismo mes del año anterior.

En cuanto a instituciones, las mayores partidas son ¢2,5 billones del Ministerio de Educación Pública (MEP), con un 20,58% del plan; los regímenes de pensiones con cargo al Presupuesto, con ¢1,1 billones, o sea, un 9,19%; ¢los 583.380 millones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (4,76%) y el Poder Judicial, con ¢484.371 millones, o sea, un 3,95%.

Regla fiscal

El ministro agregó que, para el 2023, la regla fiscal impuso un tope de crecimiento del 2,56% al gasto corriente y al gasto de capital, salvo los rubros exceptuados por ley, como los recursos del Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf).

Según el jerarca, el monto sujeto a la regla es de ¢7,8 billones. Además, para la elaboración del plan de gastos, se previó una inflación superior al 5%.

La amortización de la deuda no se ve limitada por la regla fiscal.