De Figueres a Chaves: 7 presidentes han recurrido a eurobonos

Entre 1998 y 2019 los gobiernos han realizado 14 emisiones de deuda soberana en el exterior; la administración actual procura nueva colocación por $6.000 millones

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En los últimos 24 años, siete presidentes han recurrido a la figura de los eurobonos a fin de conseguir dinero para financiar las necesidades del país con tasas de interés menores a las que cobran los acreedores locales; el más reciente es el mandatario Rodrigo Chaves, quien procura la aprobación de los diputados para colocar bonos de deuda en el exterior por $6.000 millones.

En total, se han colocado $7.450 millones (¢5 billones) al amparo de cuatro leyes aprobadas en los años 1998, 2000, 2012 y 2019.

De ese monto, $5.500 millones siguen pendientes de pago y $1.950 millones ya fueron cancelados a los acreedores.

De estos bonos vigentes, $1.000 millones vencen el próximo año y otros tienen vencimientos que se extienden incluso hasta el año 2045.

Las necesidades han crecido conforme pasa el tiempo. Las tres últimas emisiones fueron las más grandes y la que el nuevo gobierno procura sería la mayor de todas.

Según el Ministerio de Hacienda, la primera emisión de eurobonos data del año 1998 bajo el amparo de la Ley 7671, por $200 millones. Estos fueron puestos en el mercado internacional durante la administración del entonces presidente José María Figueres Olsen.

Un año después, en 1999, se colocó una nueva emisión en el mercado de capitales extranjero, bajo la misma ley, pero bajo el mandato de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, por $300 millones.

Rodríguez realizó tres colocaciones más en los años 2000, 2001 y 2002, cada una de estas fue por $250 millones, para un total de $750 millones.

Su sucesor, Abel Pacheco de la Espriella, quien gobernó entre el 2002 y el 2006, realizó tres emisiones por $700 millones en sus cuatro años al frente del Poder Ejecutivo, mientras que Óscar Arias Sánchez (2006-2010) no colocó títulos valores en el mercado internacional.

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La práctica nuevamente fue retomada por la otrora Laura Chinchilla Miranda, quien en su segundo año de gobierno emitió $1.000 millones. Luego, en 2013 realizó dos colocaciones por $500 millones cada una y finalmente $1.000 millones en el 2014, un mes antes de culminar su mandato.

Durante la administración de Luis Guillermo Solís Rivera (2014-2018), el ministerio de Hacienda, Helio Fallas, colocó en el mercado internacional una única emisión por $1.000 millones.

Finalmente, Carlos Alvarado, quien fue presidente del 2018 al 2022, emitió $1.500 millones en 2019 y presentó un proyecto de ley antes de su salida de Zapote, para que el nuevo gobierno contara con un plan para poder afrontar los vencimientos de deuda del país y minimizar el déficit fiscal.

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Pagos pendientes

Según ha expuesto el actual gobierno, entre el 2022 y el 2027 se deben pagar $12.516 millones de deuda pública: $8.538 corresponden a la amortización, mientras que $3.978 millones al pago por intereses. Si el país no cumpliera sus responsabilidades las tasas de interés y la situación económica se agravaría.

Para esto el Ejecutivo ha solicitado a los diputados autorización para endeudarse en los próximos cinco años por $6.000 millones mediante la colocación de eurobonos en el mercado internacional y, de una vez, requirió permiso para endeudarse al finalizar el plazo de la primera emisión por otros $6.000 millones, que servirán para pagar los primeros bonos cuando estos venzan.

Así, en realidad, el endeudamiento requerido por el Poder Ejecutivo a la Asamblea Legislativa asciende a $12.000 millones por un plazo mínimo de diez años, solo en eurobonos. Adicionalmente, se busca colocar líneas de créditos por $2.000 millones.

Nogui Acosta, ministro de Hacienda, insistió a los legisladores en que, de no aprobarse esos recursos, se generaría una presión al alza de las tasas de interés locales y del tipo de cambio del dólar, lo que provocaría una disminución de las reservas del Banco Central de Costa Rica. Además, se provocaría mayor inflación, según advirtió.

La autorización para sacar al mercado internacional los títulos de valores debe venir de la Asamblea Legislativa, ya que la Constitución Política, en su artículo 121 faculta a este órgano para aprobar o rechazar los endeudamientos del país en el exterior.

Para aprobar los eurobonos se necesita contar con los votos de dos terceras partes del total de diputados, es decir, 38 votos afirmativos, que corresponden a la mayoría calificada del Congreso.

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¿Qué son los eurobonos y cómo funcionan?

Los eurobonos son una herramienta de deuda externa los cuales se emiten por medio de títulos valores que el Ministerio de Hacienda, como representante del Gobierno, coloca en los mercados internacionales donde capta dinero de otros países e inversionistas.

Para colocarlos, el Gobierno asiste a subastas de mercados en ciudades como Luxemburgo, Nueva York y Londres, donde son captados por acreedores que se sienten atraídos por sus características.

Los títulos de valores funcionan de forma similar a la de un préstamo, de esta manera cada uno de ellos equivale a una cantidad de dinero, por el cual se debe pagar intereses cada seis meses y al finalizar el plazo, se debe devolver el dinero a la parte que adquirió el título.

Estos instrumentos de endeudamiento se emiten en diferentes temporalidades, presentan etapas de vencimiento y son emitidos en dólares.

Generalmente en el mercado internacional los intereses suelen ser más favorables que los del mercado interno, es por esto que el país ya ha recurrido a los eurobonos en el pasado.

Además, este tipo de endeudamiento permite al gobierno diversificar sus fuentes de financiamiento, para que no toda la deuda sea financiada por medio de empréstitos con organismos internacionales. Asimismo, permiten cambiar deuda cara por deuda barata.

Para entender cómo funciona canjear deuda cara por deuda barata se puede tomar como ejemplo un hogar, el cual ha adquirido préstamos cuyos intereses se han hecho impagables pero que tiene la opción de adquirir un nuevo financiamiento para pagar sus deudas y que le ofrece un bajo intereses, de esta forma ese hogar logra disminuir los ingresos que destina al pago de intereses y posee más dinero para inyectar a su nueva deuda o invertir.