Contrastes vistieron el traspaso

El presidente y su esposa vistieron trajes y zapatos de diseñadores ticos

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Dos mundos compartieron asiento ayer en el Estadio Nacional para ser testigos del traspaso de poderes: desde los que desfilaron ataviados con Chanel para sentarse al lado del presidente Luis Guillermo Solís, hasta quienes subieron a la gradería de sol en tenis, camisetas y jeans o hasta con estilizados tacones de aguja.

Echar un vistazo al interior del inmueble donado por China, dejó ver que la fiesta democrática era en grande; al frente, la comitiva principal engalanada cual dicta la etiqueta de la ocasión. Un poco más allá, donde el pueblo siguió la ceremonia, el tema del atuendo fue una mezcla entre los trapitos del domingo y la anarquía protocolaria.

Entre los enlistados a no preocuparse por el qué vestir en fecha tan parteaguas, estuvo Justiniano Carranza Calero; antes de salir de Puntarenas, lo único que le preocupó fue no olvidar su gorra rojiamarilla con el nombre del hoy presidente de la República y su bandera del Partido Acción Ciudadana (PAC) que lució atada a su cuello.

Al igual que este puntarenense de palabra escasa y entusiasmado por asistir, muchos siguieron su ejemplo al buscar cómo evitar las quemaduras del sol. Por eso desfilaron en las graderías gorras, chonetes, sombreros playeros y hasta unos de paja muy apropiados para el tope de Palmares.

Mientras se hicieron el selfie para compartirlo en redes sociales, varios asistentes mostraron desde la formalidad del traje negro y camisa blanca, hasta cortos vestidos que, sumados a tacones aptos para equilibristas, pusieron en apuros a algunas damas que subían hasta las partes altas del Estadio.

Claro, también está esa mezcla variopinta que nos hace tan ticos, como la señora que sacó el traje de bailes típicos, los que estaban convencidos de que una camiseta de la Sele era lo ideal para la ocasión, incluso jóvenes como los liberianos Andy Cortes y Kimberly Briceño quienes a las 4 a. m. emprendieron un viaje solo con sus pantalones cortos, una camiseta y una gorra muy apropiada para una de las playas del Pacífico norte.

En las butacas transpiraba la pluralidad; lo mismo disfrutaron las jóvenes con sus trajes de boutique , lentes oscuros y uñas finamente pintadas, que mataban el hambre con unas bolitas de queso, que grupos de amigos o familiares quienes, vestidos con camisetas de algodón y cómodos jeans , compartían, entre ellos, alguna fruta o galletas.

Con todo lujo. Sin duda, el mandatario Solís y su pareja, Mercedes Peñas, fueron quienes acapararon la atención y los vítores del Nacional. Sus trajes fueron confeccionados por los diseñadores ticos Fabrizzio Berrocal y Michelle de Matheu.

Los zapatos con los que la pareja presidencial dio una vuelta completa al Nacional para saludar al público, fueron un regalo de Daniel del Barco, pese a que inicialmente se los habían encargado.

“Ellos, en su humildad, decidieron vestir marcas nacionales, reconociendo que el diseño nacional está a la altura del que viene de cualquier otra parte”, dijo Del Barco.

Otra de las que robó miradas fue la defensora de los Habitantes, Ofelia Taitelbaum. Ella sacó de su guardarropas un traje de fiesta que usa poco, unos lentes de la prestigiosa marca Chanel y un juego de joyería –de la diseñadora Ana Gutiérrez– que le regalaron su esposo, sus hijas y sus nietas para el Día de la Madre y que estaba sin estrenar.

Entre periodistas no faltaron comentarios sobre la elegancia de Zarela Villanueva, presidenta de la Corte Suprema de Justicia. La jerarca lució un vestido blanco tejido por manos de costarricenses.

Los sacos negros para los hombres y los trajes femeninos en color champán, fueron la tónica entre los nuevos diputados. Ottón Solís , excandidato presidencial del PAC y ahora legislador, se apegó a su tradicional estilo, solo que esta vez cambió el sombrero de paja por uno negro, acorde a la elegancia de la ocasión.