¿Cómo se fraguó el triunfo de un Directorio de oposición con apoyo del PAC y el fracaso del PUSC?

Fuertes luchas internas en el PLN, así como una disciplina férrea en Restauración y los movimientos de tres operadores políticos fueron capítulos de un inusual 1.º de mayo que terminó con la victoria de Eduardo Cruickshank y la promesa de gobernabilidad

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Un día, hace ya varios meses, el diputado Pablo Abarca, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), se reunió con el mandatario de la República, Carlos Alvarado, y con el entonces ministro de la Presidencia, Víctor Morales Mora.

En su agenda, el legislador turrialbeño llevaba como principal punto comentarle al presidente y a Morales su intención de lanzarse por la presidencia de la Asamblea Legislativa y la promesa de que no dejaría de lado al oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC), pues consideraba que fue un error haber hecho eso en mayo del año pasado.

Así lo recuerda el hoy congresista Morales Mora, quien está de vuelta en su curul, donde en la llanura fue uno de los tres operadores determinantes para que este 1.º de mayo, Restauración Nacional se dejara la presidencia de la Asamblea, con Eduardo Cruickshank a la cabeza.

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“Para el PAC, lo importante era tener una presidencia que no se definiera como opositora del gobierno. La clave de todo está ahí, en esa naturaleza”, dice Morales al recordar que Abarca buscó la cita en Zapote y reconoció el error del año pasado.

Sin embargo, algo pasó entre esa reunión y el momento en que la Unidad confirma el acuerdo por la candidatura de Abarca, y ese pecado le costó el eventual apoyo que habría tenido en Liberación Nacional e, incluso, en el PAC.

En el momento en cual Abarca decide lanzar una candidatura, que en lugar de sumar de entrada 57votos, restó al puro principio menos 10 (diputados del PAC), ya tenía un camino más empedrado.

Desde que Restauración perdió la mitad de su bancada original y se quedó con siete miembros, nadie la ha tenido fácil para juntar a Restauracionistas y fabricistas, por lo que la suma de Abarca también implicaba una resta más en la ecuación: menos siete (antes de que Ivonne Acuña se saliera del bloque de independientes).

Por otro lado, la resta socialcristiana no terminaba ahí, pues una herida muy profunda, añeja de un año atrás, también pesaba como una sombra en la aspiración turrialbeña, porque siempre estuvo ahí el fracaso de la candidatura de Erwen Masís, un año atrás.

En el camino, se atravesó un episodio que si bien quedó en nada, hizo temblar a un tiempo a Abarca y a Eduardo Cruickshank, como fue la intención de varios liberacionistas de que Carlos Ricardo Benavides repitiera. Ese es un capítulo aparte, hay que abordarlo así.

Víctor Morales recuerda que tras la negativa del PLN a repetir en el cargo, ya había un camino andado con Cruickshank y el muy habilidoso Carlos Avendaño, quien era el encargado por Restauración para negociar ese Directorio.

Con un partido sólido e inquebrantable, pero dos aliados que podían generar mucha inseguridad, cuales son Liberación y la Unidad, enemigos de larga data entre ellos, el único paso seguro para el PAC era dar un paso atrás y no interesarse por un puesto con amplísimas obligaciones administrativas.

Esa jugada consolidaría un Directorio pactado por cinco partidos políticos (PAC, PLN, PRN, Partido Republicano y la Unidad), con diputados de cuatro de ellos, todos de oposición, para a la vez compactar al máximo el apoyo liberacionista, satisfecho de dejar fuera del Directorio al PAC, aunque sea entre comillas.

Ese paso aseguró, tanto por parte de Restauración como por el PAC, que hubiera más votos de los necesarios para Cruickshank, tal como efectivamente sucedió: 36 diputados (casi la mayoría calificada de 38) dieron al limonense el cargo más importante del Congreso.

“La determinación del PAC de no participar en un puesto, tomada por ellos, pasó mucho por la oposición de diversos grupos, especialmente la Unidad, de que el partido de gobierno no estuviera”, dijo Avendaño.

El líder restauracionista reconoció que también había resistencia en Liberación, a pesar de estar en acuerdo con la elección de Cruickshank, para que un oficialista lo acompañara. Alguna voz verdiblanca, el propio día de la elección, clamó por eso, pese a que la jugada ya estaba pactada así.

Carlos Avendaño, además, recuerda que fue determinante el discurso del pacto que se fraguó desde antes de entrar a las curules, en mayo del 2018, cuando se acordó, un poco nebulosamente, que cada uno de los partidos firmantes, los más grandes, tuvieran la presidencia durante una legislatura.

Sin embargo, el fraccionamiento de Restauración en octubre del 2018, que lo llevó de ser la segunda fuerza del Congreso al cuarto puesto, casi pone en riesgo ese pacto por el que tanto clamó Cruickshank en muchos micrófonos.

“Desde la perspectiva de la gobernabilidad, se llegó al acuerdo de que debía haber alternabilidad en el Directorio”, dijo Avendaño.

El ascenso de María Vita, golpe de gracia al PUSC

Tal como lo explica Avendaño, la invitación al PUSC estaba abierta. El líder restauracionista añadió que una vez que Liberación aseguró su apoyo a Cruickshank y, cuando ya estaba definida la derrota de Abarca, se abrió la posibilidad de incluir libremente a la Unidad.

Sin responder quiénes, específicamente, el diputado del PRN dice que “ellos nos dijeron” que si no podían alcanzar la presidencia, propondrían un nombre para una secretaría y “así se cumplió”.

A pesar de que eso, supuestamente, estaba permitido en la Unidad, al final los choques internos, la herida abierta un año antes, quedaron al descubierto, con la molestia que dejó ver Abarca por el nombramiento de la más gobiernista del PUSC en el Directorio: María Vita Monge.

La otra ruptura y el ‘casi apoyo’ a Abarca en el PLN

En Liberación, el camino al 1.º de mayo no fue ninguna película de Disney. Fuertes enfrentamientos y rupturas en el grupo de aliados de Benavides, con una cuasi candidatura de Silvia Hernández a la presidencia, impulsada desde fuera de la fracción, generaron fuertes desencuentros.

Víctor Morales reconoce que Liberación tenía posibilidades, con Benavides o cualquier otro, pues solo los 17 del PLN y los 10 del PAC llegaban a la nada despreciable cantidad de 27 votos: dos bastaban para la victoria.

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La decisión fue otra. Es un secreto a voces en corrillos legislativos que en buena parte de Liberación tenía cierta inclinación a Pablo Abarca, después de que este partido decidió, con mucho dolor, enojos e intervención de terceros, no aspirar a la reelección en la presidencia legislativa.

El turrialbeño tiene buenas conexiones en los dos bandos liberacionistas, pero la presencia que tiene a su lado, tanto la de Pedro Muñoz como la de María Inés Solís, y la gestión del último año, de frecuentes encontronazos con parlamentarios de varios partidos, le costaron caro.

Aparte, una reunión sostenida, semanas atrás, en la casa de Gustavo Viales (PLN), con el denomido grupo de Occidente, también le habría salido muy cara a Pablo Abarca.

Según lo cuenta Carlos Ricardo Benavides, presidente saliente y el tercero, pero no menos relevante de los operadores de la alianza por el “Directorio de gobernabilidad”, la exploración de los jefes saliente, Silvia Hernández, y entrante, Luis Fernando Chacón, sobre la perspectiva de unirse con cualquiera de los dos candidatos, fue determinante.

“Restauración suele ser un grupo más unido, garantiza casi siempre la totalidad de sus votos. En cambio, en la Unidad, hay gente muy valiosa, pero con ideas muy disímiles. Restauración viene siento un apoyo del PLN más constante”, dijo Benavides.

El verdiblanco reconoció que Liberación coincide mucho con los planteamientos de la Unidad, pero el manejo interno de Restauración fue determinante en el resultado del 1.º de mayo.

Solo Liberación y Restauración, unidas, puede partir de una base de casi 24 legisladores, que según la coyuntura podrían sumarse a 10 del PAC, o a nueve de la Unidad, y ser determinantes en las discusiones parlamentarias.

Ahora, Cruickshank tiene ya la investidura de presidente y promete un Directorio de gobernabilidad, de la mano del PLN y parte de la Unidad, con el PAC, como albacea de todas las discusiones.