Auditoría: el alcalde Johnny Araya solo logró cumplir el 27% de sus promesas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En el periodo 2007-2011, Johnny Araya, exalcalde de San José, cumplió con el “escaso” 27% de lo que prometió en su plan de gobierno. El resto quedó rezagado.

Además de que no entregó sus informes de rendición de cuentas anuales en las fechas que establece el Código Municipal, Araya los dio incompletos; destacó lo que alcanzó, pero nunca lo que no logró ni el porqué de sus fracasos.

Así lo revela el estudio Gestión del desarrollo sostenible que tramitó la Auditoría Interna del municipio el 20 de agosto del año pasado. El estudio evalúa variables económicas, sociales, ambientales, culturales y urbanas.

Israel Barrantes, auditor municipal, señaló que el gran problema es la falta de planificación.

“Araya debió cumplir con el 100%, pero, de repente, se redireccionó a otras áreas no comprendidas dentro de su plan. Eso le hizo perder recursos, tiempo y espacio con respecto a promesas”, dijo.

De las las 1.642 metas programadas entre el 2008 y el 2011, se ejecutaron 922 (72 ni se reportaron). Los informes de evaluación de los Planes Operativos Anuales (POA) 2008-2011, revelan que esas metas no se lograron por falta de recurso humano y de presupuesto, por congelamiento de platas y atrasos en contrataciones.

El auditor criticó la función invisible de los síndicos y concejales de distritos, a nivel de proyectos para la comunidad, y exigió una mejoría en la planificación y el control de los recursos. Obligó al alcalde a mejorar la rendición de cuentas, a atender quejas y necesidades reales de los josefinos.

Según Barrantes, en la auditoría no existen informes de gestión del desarrollo, ni similares, que evalúen los años anteriores al 2007; tampoco de los posteriores al 2010.

Subió. La Alcaldía demostró una mejoría en materia de recaudación de impuestos y ejecución de presupuesto en los últimos años.

En el 2010, recaudó ¢54.554 millones (el 91,36% del total de ingresos previstos) y al final del año ejecutó el 70% de su presupuesto.

En el 2011, recolectó ¢6.617 millones más y empleó un 8% más que el año anterior. En el 2012, aunque el municipio recibió ¢145 millones menos que en el 2011, ejecutó el 82% (un 4% adicional).

“El que mejorara la ejecución deja ver que nos estamos moviendo para cumplir metas y dar mejores servicios. Este es un logro importante”, dijo Édgar Sandoval, gerente financiero del municipio.

La recolección de impuestos se elevó este 2013; el Ayuntamiento tiene ¢3.640 millones más que el año pasado y, al cierre de junio, ha ejecutado un 40%.

Caídas. En materia de cumplimiento de funciones, más bien, la Alcaldía josefina bajó de 67% en el 2010, a 65% en el 2011, según los Índices de Gestión Municipal (IGM) que emitió la Contraloría General de la República (CGR).

La CGR es el único organismo que evalúa y fiscaliza el rendimiento municipal, aparte de las auditorías internas, y solo cuenta con estudios del 2010 y 2011.

En la escala municipal, en un año, este municipio bajó cinco casillas: del quinto al décimo lugar.

Los estudios de la auditoría coinciden con los resultados del IGM 2010-2011, sobre todo en puntos críticos como el control interno y la participación ciudadana.

Es decir, se destinó poco presupuesto a proyectos enfocados en la gente y casi no se impulsaron mecanismos de participación.

La variable que más empeoró de un año al otro fue la de gestión ambiental: aseo de vías y sitios públicos, recolección, depósito y tratamiento de residuos.

La limpieza de vías bajó de 82 puntos, en el 2010, a 17 en el 2011, por más de que se ejecutaron ¢3.405 millones (casi ¢1.000 millones más que en el 2010) para ello.

También cayó en picada el cuido de parques y obras de ornato, pese a que entre las prioridades de Araya estuvo embellecer, reciclar y hacer más verde la capital.