Apatía carcome a ticos

Más de la mitad de los ciudadanos están insatisfechos con el quehacer político en el país

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"La verdad es que todo es un engaño". Con esta sentencia de vehemente simplicidad, Edwin Quesada Vargas, carpintero josefino de 56 años, decepcionado, revela su desilusión con los políticos y la política nacional.

"Siempre mienten; todo el tiempo dicen cosas y nunca las cumplen", opina María Cecilia Corrales, ama de casa, de 27 años. "No es que no crea ahora, es que nunca he creído en ellos", afirma Osvaldo Chacón Mesén, agente aduanero, de 21 años.

Aún así, estos ciudadanos simpatizan con un partido político y votan cada cuatro años "porque es un deber". Pero no están dispuestos a participar en política.

En el país de la democracia centenaria, donde hay "más maestros que soldados", es sencillo encontrar a Edwin, María Cecilia y Osvaldo.

Al igual que ellos, el 51,7 por ciento de los costarricenses está profundamente insatisfecho, desmotivado e incrédulo ante el sistema político nacional. Para ellos, la participación se limita a sufragar en las elecciones. Pero incluso en el restante porcentaje de la población, entre quienes aparecen personas optimistas y partidistas, hay una alta dosis de desinterés por la actividad política.

Confirmación preocupante

Estos y otros hallazgos surgieron de una investigación de la empresa Unimer, dirigida por Haydée Mendiola y Carlos Paniagua. El propósito del estudio de opinión, encomendado por La Nación, fue auscultar las actitudes y el comportamiento político de los ticos. Para ello, se realizaron cuatro sesiones de grupos de trabajo y se aplicó un cuestionario en todo el país a 1.200 ciudadanos mayores de edad.

La encuesta se efectuó del 12 al 25 de mayo y tiene un margen de error del 2,5 por ciento.

Aunque en las últimas encuestas nacionales de opinión pública ha sido evidente el descontento con los partidos tradicionales, los resultados de este estudio confirman y evidencian actitudes de incredulidad y desilusión de dimensiones preocupantes para los analistas consultados (Foro Dominical), algunas de ellas extremadamente negativas.

Individualismo, pasividad, apatía y conformismo son comportamientos políticos comunes en la mayoría de los ticos.

Pese a ello, se mantiene prácticamente incólume la confianza en el proceso electoral y sus resultados, y en el sistema democrático como tal.

Del desengaño al cinismo

Luego de un análisis estadístico, los investigadores pudieron definir entre los encuestados cinco tendencias principales, similares en sus respuestas y homogéneas internamente, pero diferentes entre sí.

A partir de ellas se conformaron cinco grupos de ciudadanos que comparten conductas políticas similares. A cada uno de estos conjuntos se les denominó de acuerdo con sus actitudes políticas más evidentes; sin embargo, tales calificativos son solo descripciones analíticas, que no pueden ser entendidas literalmente.

Los "desengañados" constituyeron el 48,6 por ciento de la muestra; los "partidistas", el 20,9; como "optimistas" puede ser considerado el 27,4 por ciento. El 2,6 por ciento refleja una actitud "desinteresada-oportunista" y el 0,5 por ciento son "cínicos" ante la realidad política de Costa Rica. El resto de la muestra se agrupa de formas diferentes.

"Debido a como están las cosas en el país, yo ya no creo en nada ni en nadie", es una afirmación típica de lo desengañados. Aunque son casi la mitad de los ticos, insatisfechos y disconformes con la situación nacional, no están interesados en participar o contribuir en la búsqueda de nuevas opciones políticas.

Los investigadores consideran a este segmento como "un sector de la población resignado a aceptar pasivamente lo que el sistema político e institucional nacional le ofrezca".

Los "partidistas", al contrario de los anteriores, tienen una fuerte afiliación a los partidos tradicionales, creen firmemente en ellos, les guardan lealtad y muestran interés en los asuntos electorales relacionados con esos movimientos.

Pero prefieren que las decisiones las tomen "los demás" y se dejan llevar por lo que definan las cúpulas de esos partidos. Al igual que los "desengañados", aceptan con pasividad lo que el sistema político-electoral les ofrece; pero, a diferencia de aquellos, están satisfechos con esta situación.

Tienen una actitud mágica y chovinista acerca de los costarricenses. No solo manifiestan que los "ticos somos muy arrechos", sino que también concuerdan en que "la Virgencita de los Angeles nos protege hasta de los desastres naturales".

Los "optimistas" (27,4 por ciento) están a gusto con la política, las instituciones públicas, las autoridades, los líderes y la situación nacional. Evidencian poca sensibilidad social. Por ejemplo, coinciden en relación con la frase "a mí, gracias a Dios, me va bien y no tengo que echarme encima los problemas de los demás". Además, tampoco tienen disposición para participar o ayudar en la solución de los problemas nacionales.

Estos sujetos pueden ser descritos como individualistas, apáticos y pasivos ante los principales aspectos de la vida nacional y también muestran actitudes mágicas y chovinistas.

"La política no me interesa; por eso no sé qué está pasando en ese campo" o "yo primero veo quién ofrece más y el día de las elecciones voto por ese". Son comentarios aceptados por aquellos que fueron agrupados en el segmento de "desinteresados-oportunistas" (2,6 por ciento).

Tienen características comunes a los "desengañados", pero enfatizadas. De ninguna forma creen en los partidos políticos y ni siquiera les interesa hablar de política, pero votan con la intención de obtener favores.

Los "cínicos" (0,5 por ciento) son un grupo extremo. Para estas personas, "la política es para robar y la única forma de repartir la robadera es robando". Son individuos sin opciones políticas, decepcionados e impotentes ante el sistema político y los políticos. Para ellos no existen alternativas de solución a los problemas nacionales, excepto formas diferentes a la democracia.

Conducta política del tico

0,5 - Cínicos

48,6 - Desengañados

2,6 - Desinteresados

20,9 - Partidistas

27,4 - Optimistas.

Fuente: Unimer. Encuesta nacional de opinión pública. Mayo 1995

De la idea al dato

Esta investigación no tiene precedente en los estudios de opinión realizados para medios informativos.

El estímulo lo dieron los resultados obtenidos en diversas encuestas nacionales realizadas por la empresa Unimer, para La Nación, en los últimos años. Allí han sido identificadas actitudes y opiniones cada vez más negativas hacia algunas de las más importantes instituciones políticas y hacia los políticos.

Pero no se había realizado un análisis sistemático de creencias, valores, sentimientos y símbolos de los costarricenses en el ámbito político (cultura política), que es lo que se presenta en este trabajo.

El estudio se inició en abril con cuatro sesiones de "grupos focales", por medio de los cuales se lograron definir las actitudes, temas y comportamientos que son particularmente relevantes para el estudio de la cultura política nacional.

Con esta información se elaboró un cuestionario que contenía 91 proposiciones en forma de frases, en las cuales se utilizó una escala de 1 a 5 para evaluar el grado de rechazo (desacuerdo) o aceptación (acuerdo) del entrevistado ante las frases que se le presentaban. Mientras más alto el número, mayor el grado de aceptación de lo expuesto en la frase. Ese cuestionario se sometió a una muestra probabilística de 1.200 costarricenses, entre el 12 y 25 de junio, junto con otras preguntas usuales en las encuestas de opinión pública que realiza Unimer cada cuatro meses.

Con el fin de realizar un análisis de segmentación, se procedió a discriminar aquellas opiniones o variables que tienen mayor peso para explicar la cultura política. Esto redujo el número de proposiciones relevantes de 91 a 59.

Esas variables se sometieron a un proceso de análisis factorial, por medio del cual se logró identificar 12 factores, o grupos, que, mediante un proceso estadístico, se redujeron a 5.

Posteriormente había necesidad de determinar cuáles costarricenses se ubicaban en esos factores y cuál es el tamaño de cada uno de esos grupos. Para ello, las 1.200 entrevistas fueron sometidas a un análisis estadístico con el fin de agruparlas de acuerdo con su similitud en las respuestas y así formar grupos homogéneos internamente y diferentes unos de los otros.

De esta forma, se obtuvieron los denominados cínicos, desengañados, desinteresados, partidistas y optimistas.

Contra la apatía

Los resultados de la encuesta de Unimer son analizados por cuatro expertos y por nuestro editorial. El elemento común es la necesidad de vencer la apatía ciudadana:

Rodolfo Cerdas: "Se está levantando, sin que al parecer nos demos cuenta de ello, un espectro de muerte no solo sobre el sistema democrático, sino sobre la urdimbre sociocultural que conforma nuestra nacionalidad."

Víctor Ramírez: "Prefiero un pueblo incrédulo, escéptico y crítico, que uno ingenuo, domesticado y crédulo."

Carlos Paniagua: "Los conductores políticos del país (...) tendrán que encontrar formas especiales de vencer el desinterés, apatía y desengaño de gran parte de los compatriotas si desean generar una participación política real."

Alberto Salóm: "La apatía es como un karma que carcome la sociedad nacional. Nadie se libra de él... incluso cuando se muestra un alto grado de satisfacción con las instituciones políticas nacionales."

Editorial: "Si no se actúa para devolver el sentido de comunidad y responsabilidad a la mayoría, el distanciamiento entre la sociedad y sus dirigentes será cada vez más amplio, y las consecuencias, más nefastas."