Este domingo a las 11:50 a. m., nueve miembros de la familia Robles Quirós estaban muy ocupados en Calle Fallas de Desamparados; uno lavaba el carro, tres arreglaban unas motos, otro dormía, otros dos conversaban en la sala de la casa y los demás hacían mandados afuera.
SIGA NUESTRA COBERTURA EN VIVO: Elecciones Municipales 2016
A escasos metros de su vivienda, en el Liceo de Calle Fallas, miembros de 14 partidos políticos pedían el voto para la elección de alcalde a todo aquel que pasaba, pero esta familia ni se inmutaba. Ningún candidato logró convencerlos con sus propuestas, con sus logos de campaña o con sus sonrisas esperanzadoras en vallas que llevan meses adornando el cantón.
"Un vecino me gritó '¿ya fue a votar?'. Yo le dije '¿cómo?, ¿por cuál presidente?' Él me comentó que hoy eran las elecciones de alcalde. Yo no sabía. Nunca he votado para esas elecciones. Este año ni siquiera sé quienes están ahí", dijo Esteban Robles, de 34 años, quien habita en esa vivienda junto con sus cinco hermanos y su esposa. Muy cerca de ahí, viven su papá y mamá. Los miembros de esta familia simplemente no están interesados en votar.
"Nosotros solo votamos cuando es para presidente. Es vara votar porque todo en Desamparados sigue igual: las calles, la delincuencia, las drogas. Vea la matazón que hubo hace unos meses aquí. Al igual que mis hermanos, yo nunca he votado para alcalde. Yo no conozco a ningún candidato. No vamos a ir a votar", recalcó muy convencido Gabriel Robles, de 22 años.
Para esta familia, no asistir a votar en las elecciones de alcalde no es raro. Muchas otras familias tampoco lo hacen. En las elecciones de alcalde del 2010, Desamparados registró el mayor abstencionismo de todo el país, con un 84,3%. Es decir, solo asistieron a votar 15 de cada 100 ciudadanos.
A pesar de ello, este año, Desamparados es el cantón con mayor cantidad de candidatos a alcalde: la papeleta tiene 14 nombres.
Los candidatos esperan obtener la mayor cantidad de votos, pero si por la víspera se saca el día, las cifras de abstencionismo serán similares a las del 2010. A las 11 : 20 a. m., en el Liceo de Calle Fallas, de los 700 electores que estaban citados a votar en la mesa 438, solo 30 habían asistido. Y esta mesa era una de la que más movimiento había tenido de las 21 que tiene el colegio.
SIGA NUESTRA COBERTURA EN VIVO: Elecciones Municipales 2016
"Esperamos que en la tarde caliente, pero igual, no creo que vengan a votar más 150 personas", contó, con un dejo de desilusión, el auxiliar del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en esa mesa, Marlon Solano.
"No votaré por el resto de mi vida". Ni los gritos de los seguidores de los partidos políticos, ni la música ni las pitoretas de los carros lograron que Ana Piedra, de 68 años, diera unos cuantos pasos para ir a votar al Liceo de Calle de Fallas de Desamparados, aunque vive a la par de este.
"La verdad ningún candidato compone. Todo el tiempo es la misma cantaleta de que van a ayudar a la gente y no es cierto. Nunca he votado en las elecciones municipales y no votaré por el resto de mi vida", dijo Piedra mientras se comía una manzana en el portón de su vivienda.
En Desamparados, solo algunos de los frentes de las escuelas y colegios anunciaban que hoy eran las elecciones muncipales. En el centro del cantón, era como un domingo más. En el parque estaba el copero José Luis Marín, de 62 años, a quien una elección de alcaldes no lo iba a hacer cambiar su rutina de los fines de semana.
"No voy a votar porque no confío en esa gente. Ni siquiera sé quiénes están. En el 2010, voté por un candidato que me había ofrecido un puesto en la municipalidad. Cuando lo fui a buscar, después de las elecciones, se escondía y no me atendía. Desde esa vez salí decepcionado. En ese entonces, los candidatos prometían y prometían arreglar las calles, que están tan malas y trabajar para atacar la delincuencia, todo sigue igual seis años después. Los únicos que ganan, en estas elecciones, son los que quedan electos, nadie más", manifestó Marín.
En ese mismo parque estaba la vendedora de lotería, María Zulay, de 55 años y vecina de Calle Fallas. Cuando se le preguntó si ya había votado, su respuesta fue: "No voy a dejar mi trabajo botado por ir a votar, menos cuando uno nunca ha tenido el apoyo de la Municipalidad. Hace unos años un grupo de mujeres y yo presentamos un proyecto de reciclaje en la Municipalidad. Presentamos los papeles y todo para poder hacerlo realidad, pero nunca nos ayudaron, más bien, nos robaron el proyecto. En general, todos los clientes que han venido hoy le huyen a ir a votar", dijo Zulay.
Motivación. Caminando con un bordón, sosteniendo una sonda de orina y con las heridas frescas tras una operación de vejiga y próstata, Luis Fernando Alvarado, de 47 años, fue a votar en la escuela Joaquín García Monge, en el centro de Desamparados. Él se levantó a las 7 a. m., llamó a uno de los guías para que lo fueran a recoger a su casa y lo llevaran a su centro de votación.
Alvarado fue una motivación para quienes lo vieron votar. A su paso, algunas personas comentaban: "Qué valiente ese muchacho".
"Aquí necesitamos un cambio y, si uno no vota, no lo va a tener. A pesar de estar enfermo, vine. El doctor me dijo que tenía que descansar, ya que podría contraer una infección, pero fue solo un tirito que vine. Yo siempre he votado y este año no iba a dejar de hacerlo. En este pueblo se vive mucho desempleo, necesitamos alguien que nos ayude", dijo este desamparadeño.