A cuatro meses y medio de las elecciones municipales el primer domingo de febrero del 2024, los costarricenses muestran una baja simpatía por los partidos políticos, revela la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR).
El estudio evidencia queel 78,6% de los encuestados no siente simpatía por ningún partido político. Solo el 21,1% expresa afinidad hacia una agrupación política específica.
Las elecciones del 4 de febrero de 2024 en los 84 cantones involucrarán 6.212 puestos, para designar alcaldes, vicealcaldes, regidores, concejales de distrito, intendentes y viceintendentes.
Entre aquellos encuestados que dicen simpatizar con algún partido político, las menciones principales se dirigen al Partido Liberación Nacional (PLN), con un 7,6%, y al Partido Progreso Social Democrático (PPSD), con un 5,5%.
Sin embargo, el 81% de los encuestados no pudo identificar el partido al que pertenece el presidente Rodrigo Chaves. Solo el 13% dijo conocer al PPSD, agrupación que llevó al poder al mandatario en la segunda ronda electoral del 3 de abril del 2022.
Otro 0,5% dice conocer a Pueblo Soberano, partido fundado por una funcionaria de la Casa Presidencial, llamada Mayuli Ortega, y el 0,4% a Aquí Costa Rica Manda (ACRM), partido presidido por el asesor presidencial Federico Cruz Saravanja. Estas dos últimas agrupaciones se han identificado como chavistas.
“Este resultado refuerza la idea de que la percepción del gobierno está fuertemente influenciada por el personalismo en la figura del mandatario y no en su agrupación política. Este fenómeno representa un desafío para el oficialismo de cara a las elecciones municipales”, dice la encuesta.
El asesor de imagen del presidente, Federico Cruz, asumió el liderazgo de Aquí Costa Rica Manda el 13 de mayo, y nueve de los 10 legisladores del PPSD declararon en agosto su respaldo a esta nueva agrupación sin renunciar a Progreso.
Para los comicios, hay 161 partidos inscritos, de los cuales, 34 son nacionales, 22 provinciales y 105 cantonales.
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Casi la mitad irán a votar
Por otra parte, ante la consulta sobre la disposición a participar en las municipales, el 47% afirma estar seguro de votar. Además, el 29% dice tener dudas y 24% indica que no tiene intención de votar.
Este nivel de ganas de votar varía según la simpatía partidaria. Entre aquellos que no tienen simpatía por ningún partido político, el 40% está seguro de votar. En contraste, el 72% de los que simpatizan con alguna agrupación política afirmaron estar seguros de participar en las elecciones.
Por otro lado, el 28% de los que carecen de simpatía política aseguran que no votarán, mientras que este valor es del 10% entre los que sí tienen simpatía por algún partido.
El abstencionismo en las elecciones municipales del año 2020 se situó en el 63,7.
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Mayor simpatía por minorías y mujeres
En medio de un declive en la identificación partidaria, la encuesta refleja buenos números hacia la inclusión de candidatos de minorías étnicas, así como mujeres y partidos locales en esos comicios.
Las respuestas indican un fuerte respaldo a estas propuestas: el 91,2% está de acuerdo con una mayor participación de personas afrodescendientes e indígenas en cargos de elección popular. El 71,7% cree que la inclusión de estas minorías podría mejorar las condiciones en sus distritos, y el 793% se sentiría más representado por un partido local en las próximas elecciones.
Además, más del 80% de los encuestados estaría dispuesto a votar por partidos con más candidatas a alcaldesas.
“Esta alta predisposición de las personas consultadas a favorecer las candidaturas de mujeres en el nivel local, representa un desafío para el sistema de partidos tanto para aumentar el número de mujeres en sus nóminas, como para garantizar condiciones que aseguren la efectiva participación de las mujeres en los procesos electorales y mejoren la igualdad de género en la esfera política”, dice el informe.
Por último, la encuesta revela que el 92,2% de los encuestados cree que todos los partidos deberían evitar la difusión de mensajes de odio en sus campañas, lo que refleja un fuerte rechazo al uso de discursos de odio en la política.