'Hospital' de esculturas en Argentina ofrece segunda vida a monumentos dañados

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Buenos Aires

Brazos estropeados, narices rotas, manos quebradas, encuentran remedio en un peculiar 'hospital de estatuas' en la capital argentina donde esculturas centenarias vandalizadas o desgastadas por el tiempo recobran su esplendor original.

Desperdigadas en un taller al aire libre que funciona en el barrio de Palermo (norte), decenas de estatuas de parques y jardines de Buenos Aires esperan su turno.

Con fotografías antiguas, un puñado de artistas trabaja no sólo para reparar el mármol roto, remover el aerosol de maliciosos 'grafitis' y restaurar las huellas de años a la intemperie.

También deben crear piezas faltantes, dedos, manos o pies que ya no existen sin traicionar la obra original.

"Tenemos un archivo fotográfico en el Departamento de Monumentos, nos guiamos con eso y también recopilamos fotos de Internet, de revistas", explicó el escultor Gabriel Ramírez, uno de los artistas encargados de esta delicada reconstrucción.

Si eso no alcanza también hay fotografías de manos y pies que sirve de guía para respetar las proporciones para dar una segunda vida a estas obras de arte.

"Acá está el corazón donde funciona toda la gente que cuida el patrimonio de todos los porteños en cuanto a monumentos y obras de arte", explicó Nicolás Quintana, Director de Espacios Verdes de la alcaldía de Buenos Aires, de donde depende el taller.

Allí los especialistas trabajan "contra el deterioro natural que sufren los monumentos que están expuestos al aire libre y también con las cuestiones de vandalismo", dijo.

Los ataques abundan en esta ciudad donde bellas esculturas y delicados monumentos han debido ser enrejados o cubiertos con un perímetro vidriado para evitar daños intencionales.

Tal el caso de la fuente de agua 'Las Nereidas' emplazada en la costanera sur, frente al Río de la Plata, una colosal y exquisita obra que data de 1903 hecha en mármol blanco por la escultora Lola Mora.

Esta emblemática escultura de la ciudad mide de seis metros de alto por 13 de ancho y debido a reiterados ataques, ahora sólo puede apreciarse a través de un vidrio.

Jorge Zakkur, coordinador del Departamento de Monumentos y Obras de Arte de la ciudad, trabaja en las reparaciones como si fueran sus propias obras.

"Estas estatuas son hijos nuestros", opinó. "Nos lastima mucho que la gente no se dé cuenta de los que estamos haciendo, de que el patrimonio es tan lindo y ha costado tanto trabajo hacer todo eso... y se rompe por nada", lamentó.