El ‘veterano’ de los colegios de Costa Rica se rejuvenece

Edificio patrimonial de 84 años sufre daños en techos, paredes, pisos por falta de mantenimiento

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San José

Si solo en el ciclo lectivo 2012 el Colegio de San Luis Gonzaga en Cartago acoge a 2.700 estudiantes, no es difícil imaginarse la cantidad de jóvenes que se han educado en sus aulas desde que se inauguró el actual edificio, en 1929.

Este abuelo de concreto que aloja a la primera institución de educación secundaria de Costa Rica llega a su 84 aniversario con un deterioro normal para su edad, pero está en proceso de ponerse guapo.

Las obras de restauración de este edificio patrimonial se iniciaron hace dos semanas y comprenden un extenso trabajo para curarle al ‘viejito’ los males causados por la edad, los embates del clima y la falta de mantenimiento.

“Es necesario realizar un cambio total de las cubiertas, pues tenían daños serios causados por el exceso de humedad y el paso del tiempo. Se están desmontando cada una de las ‘venillas’ de madera del techo para ser reparadas o sustituidas y luego se volverán a colocar respetando su numeración original”, explicó el arquitecto Henry Rodríguez de la empresa América Ingeniería & Arquitectura, la cual ejecuta las obras.

Con respecto a las cerchas, Rodríguez informó de que su estado es aceptable; sin embargo, están cubiertas de óxido, por lo que deberán ser limpiadas y luego se les aplicará pintura anticorrosiva.

El jefe del Departamento de Arquitectura del Centro de Patrimonio, Adrián Vindas, informó de que se removieron las viejas láminas de Masonite –un material que se utilizaba en construcciones de la primera mitad del siglo XX– para ser reemplazadas por láminas de gypsum MR, que es más resistente a la humedad. El arquitecto destacó que que a pesar de su antigüedad, el edificio mantiene un nivel de integridad cercano al 80%. “Una vez más nos topamos con un caso de un edificio robusto y bien construido; pero que ha sido descuidado”, dijo.

Otro apartado que merece especial atención son los pisos de mosaico. Décadas de uso han causado fracturas y desprendimientos en muchas de sus piezas . “En este proceso se busca reutilizar al máximo piezas y materiales. Se está ‘sacrificando’ un aula para poder suplir con mosaicos originales las faltantes. Pero algunas piezas hubo que reconstruirlas”, informó.

En los pasillos este, oeste y sur, hay varios tragaluces originales que presentan deterioro por humedad y faltantes de piezas.

Tanto Rodríguez como Vindas resaltaron el trabajo en puertas y ventanas de madera. “En una restauración anterior se colocaron ventanas de aluminio selladas que no se pueden abrir y eso produce mucho calor al interior de las aulas. Ahora estamos recuperando el diseño de las ventanas originales y se usará madera de cedro amargo certificada”, detalló Vindas.

En las fachadas habrá un extenso trabajo de resaneamiento de paredes, remoción de repellos y decapamiento (quitar una por una todas las capas de pintura), así como limpieza y restauración de sus elementos ornamentales, incluida la cúpula. Ambos arquitectos informaron de que el edificio no presenta daños estructurales, por lo que no requiere refuerzos.

El monto del contrato asciende a ¢444 millones, los cuales fueron financiados por la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo (DIEE), del Ministerio de Educación Pública, como corresponde por ley al propietario del inmueble patrimonial. La conclusión de las obras está programada para dentro de cuatro meses.