Menos ticos están a gusto con su relación de pareja

Cambios tecnológicos, empoderamiento de mujeres y presiones económicas podrían explicar que haya mayor descontento con el empleo, la familia y los vecinos, dicen expertos

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Cada vez le llegan más pacientes menos a gusto con sus vidas a la psiquiatra experta en género Gioconda Batres.

La inconformidad con la relación de pareja encabeza una lista de reclamos, donde también figura el malestar con la familia, el trabajo y la situación económica.

Esta tendencia salió a relucir en una encuesta de Unimer para La Nación sobre calidad de vida, realizada en febrero de este año.

“Los costarricenses ya no son tan ingenuos como antes para creerse una serie de mitos de que este es un país tan bonito y tan feliz, donde no pasan las cosas malas que sí suceden en el resto de Centroamérica”, dijo Batres.

Aunque las explicaciones varían de un experto a otro, lo cierto es que los ticos dicen estar menos satisfechos que hace una década con una serie de variables en sus vidas, desde sus relaciones interpersonales hasta la política.

Uno de los ítems que más descendió fue el de las personas que aseguraron estar satisfechas con su relación de pareja. Tan solo el 55% dijo estar a gusto, frente al 83% que aseveró lo mismo en el 2002.

De manera paralela, los divorcios inscritos ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) aumentaron 68% entre el 2002 y el 2012: pasaron de 7.786 a 11.593.

En ese mismo periodo, los matrimonios apenas crecieron un 9%: pasaron de 23.569 a 25.807.

Por otro lado, los datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en el 2000 y 2011 también registraron un aumento de casi el 100% en personas divorciadas y una ligera disminución en casados.

En ese lapso, también se incrementó en 67% la cantidad de personas en unión de hecho, quienes llegaron a 575.385, de acuerdo con el último censo.

Según explicó Batres, en su consulta percibe un mayor descontento entre las mujeres, quienes exigen más de sus parejas en cuanto a sexualidad y afectividad.

“Las mujeres han avanzado en el tema de los derechos y los hombres no han querido asumirlo. Ellas demandan más que antes y muchos varones lo perciben como una amenaza”, dijo la psiquiatra.

Batres considera que las tensiones por mantener los estándares socioeconómicos incorporan un mayor estrés en las dinámicas de pareja y familia, que pasan menos tiempo juntos.

Esta valoración la compartió Guillermo Acuña, director del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo), de la Universidad Nacional (UNA). Acuña resaltó que muchas parejas terminan frustradas y trabajando más horas.

“Hay una mayor flexibilización y precariedad laboral, con personas que trabajan jornadas completas y reciben menos que eso en reconocimiento”, indicó.

De hecho, la cantidad de personas que dicen estar a gusto con su empleo se redujo del 74% al 44% y quienes lo están con su familia disminuyeron del 88% al 80%

Además, el experto resaltó que el país ha atravesado transformaciones sociales y políticas en los últimos 10 años, encabezadas por la proliferación de la tecnología.

Para Jesús Rosales Valladares, de Enfoque a la Familia, se percibe una mayor apertura de las personas por reconocer y exteriorizar sus problemas y malestar.

Sin embargo, expresó, también hay una mayor apertura para buscar soluciones.

“La gente examina más sus vidas personales y de pareja y está más dispuesta a evaluarse y a evaluar. También se han superado muchos temas tabú”, dijo Rosales.

Según él, hay que circunscribir esta insatisfacción al contexto: un mundo donde las personas tienen más acceso a referentes externos e ideales con los cuales pueden comparar sus vidas.